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Parezco perro olfateando en basureros pistas de mi hijo

  • Miguel Ángel León Carmona
Desde el pasado 26 de marzo, Lourdes busca a Jesús Herrera, su hijo de 21 años desaparecido en Playa Vicente

Hasta antes del 26 de marzo, las redes sociales de Lourdes eran las de una madre amorosa que pedía en cadenas lo mejor para sus hijos: larga vida, salud y felicidad. Hoy, su muro no es el mismo: solo hay fotos de su hijo, Jesús Iván Herrera, que cumple seis días desaparecido.

 

“Ya no sé qué más hacer para que el gobierno me ayude. Resignada, comencé a buscarlo en bolsas de basura, en bultos que encontraba en la carretera; parecía un perro rascando y olfateando”, dice la mujer desde el teléfono.

 

Jesús Iván Herrera Vargas es el mayor de tres hermanos y tiene 21 años de edad. Hasta antes de su desaparición, trabajaba como encargado de farmacia en la Unidad Médica San Vicente, ubicada en el municipio de Playa Vicente, en la zona sur de Veracruz.

 

 

Lourdes recuerda que el pasado viernes 25 de marzo le vendó un tobillo que se lastimó jugando futbol; que ella salió de casa, pero lo llamó por teléfono para que llegara temprano al trabajo.

De acuerdo con los compañeros de Jesús, comenzó su turno nocturno a las siete de la noche y dos horas más tarde avisó que tenía que hacer un mandado, que no tardaría. Uno de ellos incluso le dijo que ocupara su motocicleta. El joven vestía todo de negro, sus zapatos, pantalón de mezclilla y una camisa tipo polo con una franja azul.

La madrugada del sábado 26, Lourdes fue despertada con una videollamada de su hijo. Ella respondió, pero la cámara estaba apagada y nadie respondió. A las 00:18 horas recibió un mensaje en WhatsApp del teléfono de Jesús Iván que decía: “Estoy en Isla en una fiesta”. La intriga subió de tono. 

“Mi hijo es de aquí de Playa y no va a esa zona. Además, cada uno sabe la forma cómo se expresan nuestros hijos y yo sé que él no me envió ese mensaje”, recuerda Lourdes quien decidió dormir unas horas y a las cinco de la mañana volvió a escribirle, sin embargo, los mensajes ya no los recibía.

A las siete de la mañana de ese sábado, un compañero de Jesús llamó a su hermano para decirle que necesitaba la moto que le había prestado unas horas antes.  “Cuando supimos que se había ido en una moto se nos hizo más raro porque él no sabe manejar moto en carretera, un presentimiento muy fuerte me vino al cuerpo”, recuerda.

Su familia se organizó para buscarlo y recorrieron todo el pueblo de Playa Vicente para descartar una parranda o que, en el peor de los casos, lo hubieran detenido. Jesús no estaba por ningún lado. Al mediodía amigos y familiares comenzaron a replicar su foto en Facebook.

 

 

Denunciar una desaparición en medio de la indolencia

Lourdes decidió acudir a la Fiscalía en Playa Vicente para reportar lo ocurrido. Allí vivió una espera sofocante que se replica en oficinas de la dependencia a lo largo de la entidad. “Me pasé tres o cuatro horas firmando formatos”, recrimina Lourdes.

Una pista de Jesús Iván apareció, pero no gracias a los fiscales si no a las redes sociales. En un grupo de Facebook reportaron que una moto negra con características de la que usó el joven había sido vista en la comunidad de Coapa, perteneciente al municipio de Isla.

 

 

La madre pronto dio aviso a la Fiscalía. “Con toda la flojera del mundo me dijo: ‘Asu señora, ¿y será verdad? Sino para ir hasta allá, es mucha gasolina”, la mujer se marchó del lugar y salió por sus medios hasta Coapa. Allí encontró el vehículo recargado sobre un árbol, al interior de un terreno árido. 

Fiscalía acudió horas más tarde hasta ese lugar y resguardó la moto en un corralón de Playa Vicente. Lourdes regresó al día siguiente y recorrió, esta vez, el municipio de Isla.

 

“Visité clínicas, hospitales, comandancias y no había absolutamente nada. Ya de regreso, resignada, comencé a buscarlo en bolsas de basura, en bultos que encontraba en la carretera; parecía un perro rascando y olfateando”, dice con una voz entrecortada.

 

Lourdes agrega que la moto solo genera más sospechas en el caso.  “Esa moto no se accidentó ahí, donde la encontraron, solamente fue un despiste. La moto está golpeada, como desvalijada y qué casualidad que la recargaron en un árbol. Jesús salió solo un momento porque dejó su mochila en el trabajo con su cargador de celular y sus cosas personales”, agrega la madre. 

Ella lamenta que su caso no ha hecho eco suficiente para que sea atendido por las autoridades. El pasado 29 de marzo el caso de Jesús Iván fue expuesto con el gobernador Cuitláhuac García en una rueda de prensa. El mandatario anotó el nombre del hoy desaparecido, pero luego se extravió en un discurso donde acusó al Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU de ser tapadera de gobiernos anteriores.

Lourdes no ha dejado de usar sus redes sociales para pedir ayuda, para aclarar la buena reputación de Jesús y enfatizar que es diabético, que él necesita de medicamentos y que ella lo necesita a él.

 

 

 

 

FP