Este 23 de noviembre celebramos la vida y obra del muralista mexicano José Clemente Orozco. Aunque de inicio estudió agronomía, matemáticas y finalmente dibujo arquitectónico, que le llevó a conocer al gran José Guadalupe Posada pero, ¿conoces el vínculo con Veracruz?.

Orozco nació en Zapotlán, en la actualidad conocido como Ciudad Guzmán, Jalisco, aunque su familia se mudó a la Ciudad de México años después, donde conoce Posada, quien trabajaba a la vista de todos; según Orozco, ese acercamiento lo llevó a encaminarse en las artes plásticas.

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Así pues, inicia sus estudios enfocados al arte de manera informal en la Academia de San Carlos, en donde conoció y fue compañero de Diego Rivera; el primer empleo de Orozco fue como dibujante en la casa amplificadora de retratos Vizcaíno, dibujando a personas que recién habían muerto.

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Previo al estallido de la Revolución Mexicana, participó en la exposición de Pintura Mexicana en la Academia de Bellas Artes; en esta etapa su voz y pensamiento crítico comienza a surgir: participa en una huelga de estudiantes contra el “academismo trasnochado y malinchista” de la Academia de San Carlos, y comienza a colaborar con cartones humoristas en El Ahuizote y Multicolor, estas publicaciones, contrarias al gobierno de Madero.

Posteriormente monta su estudio en el Centro de la Ciudad de México, donde inicia una serie de acuarelas en las que plasmó la vida del arrabal.

Más tarde estrecharía relación con David Alfaro Siqueiros, quien en complicidad con Diego Rivera formarían el Sindicato de Pintores y Escultores en la época posrevolucionaria para difundir sus ideas sobre el nuevo muralismo, apoyados por el entonces Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos.

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El vínculo con Veracruz

De acuerdo con su biografía, después de la Decena Trágica, el asesinato de Madero y Pino Suárez y el ascenso de Huerta, estimulado por el Dr. Atl se suma al movimiento carrancista, en el bando de Obregón, y participa con caricaturas en el diario La Vanguardia, que durante una época tuvo su sede en Orizaba, Veracruz. En esa población conocería a Margarita Valladares, quien, años más tarde, en 1923 será su esposa. En 1915 pinta, en el Museo del Fuerte de San Juan de Ulúa, su primer cuadro de formato mayor: Las últimas fuerzas españolas evacuando el castillo de San Juan de Ulúa.

Después iniciaría su vida como el prolífero muralista que fue: entre 1922 y 1927 Orozco en el patio grande de San Ildefonso (Preparatoria 1 de la UNAM), en la Escuela de Orizaba y en la Casa de los Azulejos, en la Ciudad de México.

En el Colegio de Pomona, California, pintó, en 1927, un mural en el que Prometeo se muestra como imagen liberadora de quien robó el fuego para entregarlo a los humanos.

Otros de sus murales interesantes son los que realizó, en 1930, en la New School for Social Research de Nueva York, en los que muestra la historia prehispánica, la conquista y el mundo moderno, en este último tema destaca la vida mecanicista, materialista del siglo XX.

En 1934, Orozco regresó a México, después de vivir varios años en Estados Unidos y realiza el mural en el Palacio de Bellas Artes, obra titulada Katharsis, frente al mural de Rivera El hombre en la encrucijada.

Entre 1936 y 1939 Orozco pinta en Guadalajara, en la Universidad, en la gran cúpula, dejó plasmada una alegoría del hombre beneficiado por la educación y la ciencia.

En el Palacio de gobierno pinta la lucha de la Independencia de México, donde se puede ver a Miguel Hidalgo y Costilla.

José Clemente Orozco falleció el 7 de septiembre de 1949, en la Ciudad de México, pero en Guadalajara, en la que fuera su casa, se alberga parte de la obra del artista.

Con información de Fundación UNAM / Hospicio Cabañas

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