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Pese a prohibición, celebran vaquillada en Teocelo
Xalapa, Ver.- Por tercer año consecutivo de ser el primer municipio antitaurino en México, Teocelo celebró su vaquillada con apoyo del pueblo que aportó 300 pesos por casa para rentar tres vacas de casi 200 kilos.
Ni los intensos rayos del sol, ni la lluvia, impidieron que los teocelanos disfrutaran de una vaquillada permitida por su alcaldesa Ana Lilia López, misma que vulnera la Ley 876 que en sus artículos obliga el respeto de cualquier especie animal.
El respeto se rompió cuando los participantes en el ruedo "nalguearon" a las vacas, bañaron en alcohol o soltaron un cachorro pit bull alentado por su dueño para que atacara al bovino que corría sobre la avenida 5 de mayo.
Pasada las tres de la tarde, la calle repleta de residuos de aserrín descolorido recibió a pobladores y habitantes de comunidades cercanas como Xico, Cosautlán, Coatepec y Xalapa.
Una ambulancia de Cruz Ambar esperó las posibles lesiones ocasionadas por cornadas, pisadas de vaquilla o daños físicos por golpes entre participantes.
La reglamentación municipal se cumplió, esto, contraponiendo artículos de la Ley Estatal de Protección Animal para el Estado de Veracruz que obliga a los municipios a presionar a sus habitantes para respetar la vida animal, no someterlos a estrés, presiones o daños físicos.
Hace un año, el 19 de enero del 2015, el ayuntamiento de Teocelo publicó en la Gaceta Oficial modificaciones a su reglamento regional, donde el artículo tercero era reformado derogando su párrafo tercero, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno y décimo.
Mencionados incisos hacen alusión a vaquilladas, novilladas y toreadas. Con ello, el ayuntamiento de Teocelo sólo prohibía la caza y captura de cualquier especie de fauna silvestre en peligro de extinción; las peleas de perros y entrenamiento de los mismos para tal fin, además de los espectáculos circenses con animales.
La vigilancia de los organizadores salió a relucir cuando jóvenes con “mona” en mano, iniciaron pequeñas riñas entre la corrida, lanzando golpes o botellas por el nublado cielo de Teocelo.
El consumo de enervantes y bebidas alcohólicas relució entre menores de edad quienes no superaban los doce años, ni el metro y medio de estatura.
Las tres vaquillas rondaron juntas por la avenida, pateando a quien las “nalguera” o retando con sus cuernos a lesionar a todo aquel que les estorbara para salir del improvisado circuito.
La corrida se desarrolló entre quemosos rayos del sol que cambiaron en brisa fresca acompañada de grandes nubes negras. La lluvia apareció y los participantes poco a poco comenzaron a buscar refugio, olvidando a los animales que seguían corriendo por la calle.
Avc