Xalapa, Ver. A siete meses de la agresión a estudiantes de la facultad de Humanidades de la Universidad Veracruzana, los acosos no han terminado y esto ha obligado a estudiantes y académicos a implementar medidas para cuidarse.

Lamentaron además que la UV sea vulnerada no solo física sino también económicamente con los adeudos que actualmente arrastra.

Implementarán medidas de protección

Aunque se desconoce quiénes son los autores, sí han continuado los ataques a los alumnos de la Facultad de Humanidades, aseguró José Arturo Cava, docente de la licenciatura en Lengua Francesa.

El académico señaló que incluso en una ocasión le tocó ser testigo de cómo tres sujetos bajaron de un taxi, golpearon a un estudiante hasta dejarlo casi inconsciente y posteriormente huir en el mismo vehículo. Todo muy cerca de la entrada a la escuela.

“Lo dejan casi desmayado de los golpes. Este tipo de cosas se ha repetido, no puede ser algo espontáneo, aleatorio. Para mí forma parte de una política de choque, meter miedo para que los estudiantes desistan”, dijo.

Agregó que también ha sido evidente que la fuerza de los movimientos estudiantiles ha disminuido de manera estrepitosa y buscan realizar acciones que no los expongan, como lo eran las protestas en la calle.

El maestro adelantó que ante esos sucesos, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) ha intervenido, creando un programa de seguridad que será anunciado próximamente.

“Es una iniciativa muy muy compleja y entonces esto está obligando a esos grupos a la reflexión a ver como se podrían adoptar esas políticas de seguridad que vienen de la Anuies.

Comprenden muchas cosas, no solo acciones por parte de los estudiantes sino es cuestiones que tienen que ver con infraestructura, algo tan complejo que rebasa las decisiones de los estudiantes, que están negociándose con las autoridades”.

Siguen acosos en Facultad

Estela Casados González docente la facultad, sostuvo que los estudiantes y académicos han implementado medidas para protegerse, como restringir el tránsito a los alrededores de la unidad a ciertos horarios, al no sentirse seguros.

“Cosa que no debería de ser porque nos sentimos vulnerables. Sabemos que aunque no estemos cometiendo alguna infracción se nos puede detener, se nos puede catear, se nos puede acusar injustamente”.

Indicó que los alumnos que habitan en las inmediaciones de la facultad también viven con temor sabiendo que la policía o cualquier otra persona los puede detener.

Casados González dijo que el ambiente de agresión a la comunidad estudiantil es algo de lo que siguen sorprendidos, porque “uno como académico va a impartir clases, a evaluar el aprendizaje y aprender de sus estudiantes, no ha protegerse de gente que está grabando en el área de humanidades, que te puede agredir en la calle o te puede parar e interrogarte por nada”.

Aseguró que con alguna regularidad se observa a policías vestidos de civil tomando fotos y grabando a quienes entran y salen de la facultad.

“Quienes entramos y vamos al área de humanidades pensamos que todo tiene que ver con lo académico, las clases, en fin y a veces no nos damos cuenta pero seguro hay gente que nos está vigilando”, destacó.