Rubén Figueroa, defensor de los derechos humanos de los migrantes e integrante del Movimiento Migrante Mesoamericano, indicó que lo ocurrido la tarde del 01 de mayo, en Chacamac, municipio de Emiliano Zapata, Tabasco, donde elementos del Instituto Nacional de Migración detuvieron una caravana de 300 migrantes, fue más que una detención, “una emboscada”.

“Hubo agresión física, verbal, a pesar de que los migrantes no pusieron resistencia, los agentes de INM y de la Policía Federal, hicieron uso excesivo de la fuerza, hubo personas golpeadas, maltratadas”.

Sin embargo, tras darse a conocer tales hechos, los legisladores locales José Ramón Gutiérrez de Velasco Hoyos y Jaqueline García Hernández, señalaron que la actuación de las autoridades era correcta.

García Hernández celebró la medida, y Gutiérrez de Velasco, incluso, sugirió que Fray Tomás González, defensor de migrantes golpeado por elementos de migración, era “coyote”, tratante de personas.

Cuestionado por estas aseveraciones, Rubén Figueroa dijo que dichas declaraciones no eran más que “una muestra evidente de la ignorancia de estos diputados, en lo personal, yo le sugiero que lean la Ley de Migración que existe en el país”.

Y argumentó que “en el tema migratorio, la inseguridad contra los migrantes en Veracruz no se soluciona simplemente y sencillamente tal con establecer policías a bordo del tren. Nosotros como conocedores de la situación de tragedia humanitaria le sugerimos al gobierno de México, otorgar un salvoconducto o visa de tránsito a los migrantes con dirección a Estados Unidos, y así evitar riesgos en su tránsito”.