Por: Paco Contreras
Han pasado más de cuatro décadas desde el “Año Internacional de la Mujer” y para 2016, en la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, los organismos internacionales están impulsando la agenda 2030 que pretende en esencia la reducción de las brechas entre mujeres y hombres. Por lo tanto el lema es; "Por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género".
En el mensaje de este año del Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, destaca la existencia de avances en materia de género y menciona. “Hemos roto tantos techos de cristal que hemos creado una alfombra de añicos. Ahora estamos barriendo las ideas preconcebidas y los prejuicios del pasado para que las mujeres puedan avanzar y cruzar nuevas fronteras”. El camino ha sido difícil para los movimientos de mujeres y esos techos que se han roto no son tantos y en todo caso son insuficientes. Aún falta mucho por recorrer.
Recordemos que el 8 de marzo no es un día para celebrar, sino de sumarse a la lucha por los derechos humanos de las mujeres. Con el afán de contribuir al análisis y reflexión, considero necesario que los varones nos comprometamos desde la cotidianidad que nos rodea y de esta manera generar cambios saldando un poco la deuda histórica que se tiene con las mujeres.
Es verdad que hoy en día existen más oportunidades para acceder al campo laboral que en algún momento fue exclusivamente masculino, sin embargo, se siguen dando desigualdades, diferencias salariales, doble jornada, discriminación laboral, no reconocimiento de la capacidad intelectual y profesional, sin olvidar el acoso, que las coloca en posición de total vulnerabilidad. No seamos parte de esto y contribuyamos al acceso de oportunidades para el desarrollo laboral y/o profesional de las mujeres.
En lo social la deuda es grande, las desapariciones, la violencia y el feminicidio son tres fenómenos que urgentemente deben ser reconocidos, atendidos y resueltos por parte de las autoridades garantizando de esta manera el acceso a una vida libre de violencia.
A los hombres nos toca hacer lo nuestro, renunciando a las ideas de que las mujeres son inferiores, incapaces y débiles, reconociéndolas como iguales, dejando atrás la ideas impuestas de belleza, atractivo sexual y sobre todo las expectativas que tenemos sobre los servicios que están obligadas a prestarnos, así como nuestra supuesta supremacía. Desechemos la práctica cotidiana del acoso sexual disfrazado de galantería que nos empeñamos en llamar “piropo”, que las violenta y ofende.
En las relaciones, es importante que nos vinculemos abierta y afectivamente con todas las personas no solamente con las mujeres, el trato debe ser igual, más allá de la identidad que cada quien haya construido, es necesario que dejemos de perpetuar las ideas que separan a hombres y mujeres en dos bandos contrarios y reconozcamos la diversidad de personas y la sociedad plural que formamos.
Para el fortalecimiento de las relaciones de pareja y reducción los pendientes en la igualdad, es necesario que los hombres nos sumemos a la reflexión de los aprendizajes hemos tenido a lo largo de nuestra vida, comprometiéndonos a transformar los roles y expectativas que se tienen de las mujeres y hombres, de esta manera generar relaciones igualitarias basadas en el respeto y la resolución de conflictos sin violencia, convirtiéndonos en hombres que brinden seguridad.
No podemos olvidar la esfera doméstica, en la que históricamente los hombres nos hemos excluido (voluntaria o involuntariamente) desde una posición de poder y comodidad, es momento que nos involucremos y nos hagamos cargo de lo que nos toca en los espacios domésticos incluyendo el cuidado y atención de las personas dependientes, la elaboración de alimentos, la limpieza y mantenimiento de las instalaciones.
Este 8 de marzo, es una buena oportunidad para generar cambios en nuestra cotidianidad y transformar nuestra construcción masculina. Recuerden que el Grupo de Hombres Responsabilizándose de su Vida (HRV) es un espacio de reflexión en el que los varones podemos compartir nuestras historias, aprendizajes, ideas, emociones y malestares e ir creando nuevas formas de relacionarse desde la igualdad entre mujeres y hombres. Las sesiones son todos los miércoles a partir de las 18:00 horas, en las instalaciones del Centro de Integración Juvenil de Xalapa, ubicado en la Avenida Acueducto s/n, esquina Avenida Adolfo Ruíz Cortines de la Colonia Unidad Magisterial.