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A 15 años del huracán Karl, 50 casas del Floresta siguen abandonadas

  • Carlos Navarrete
María Teresa, vocera de la Asociación de Residentes Unidos por el Fraccionamiento Floresta, explicó que 50 casas fueron abandonadas.

Veracruz, Ver.- A 15 años del paso del huracán Karl por tierras veracruzanas, alrededor de 50 viviendas del fraccionamiento Floresta, en el puerto de Veracruz, permanecen abandonadas. Muchas de ellas fueron puestas en venta tras las severas inundaciones registradas en septiembre de 2010.

María Teresa Aguilar Bravo, vocera de la Asociación de Residentes Unidos por el Fraccionamiento Floresta (RUFFAC), explicó que esta cifra representa un pequeño porcentaje en relación con el total de viviendas del fraccionamiento, que cuenta con aproximadamente 2 mil 500 casas.

“Es como un dos por ciento, algo así como 50 casas, quizá”, detalló.

Aguilar Bravo señaló que muchos propietarios decidieron no regresar tras las afectaciones provocadas por el fenómeno meteorológico, por temor a volver a perder su patrimonio en caso de otra inundación.

Ante esta situación, explicó que los propios vecinos se han organizado para vigilar las viviendas deshabitadas y evitar actos vandálicos.

“Hay muchos casos en donde las viviendas pertenecen a adultos mayores que, después del Karl, ya no regresaron. La seguridad la estamos manejando muy bien últimamente. Además de la limpieza y el mantenimiento, las protegemos y vigilamos para evitar situaciones desagradables”, comentó.

En redes sociales es posible encontrar anuncios de venta de viviendas en esta zona, con precios que superan el millón de pesos.

El huracán Karl, de categoría 3, impactó el 17 de septiembre de 2010 con vientos superiores a los 200 km/h. Dejó 22 personas fallecidas y severas inundaciones en la conurbación Veracruz–Boca del Río, siendo el fraccionamiento Floresta una de las zonas más afectadas.

Finalmente, Aguilar Bravo reconoció que aún falta avanzar en materia de infraestructura hidráulica, pero aseguró que la comunidad está mejor preparada para enfrentar futuros fenómenos meteorológicos.

“En esta etapa podemos dormir con la confianza de que el agua no va a llegar y se va a llevar nuestras cosas. Falta mucho por hacer, pero estamos muy fortalecidos”, concluyó.