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Sprites: los destellos rojos sobre el volcán de Colima

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El fenómeno atmosférico "sprites", el cual es poco común, iluminó el cielo la noche del lunes sobre el volcán de Colima.

La noche del lunes 21 de julio, el cielo de Colima ofreció un espectáculo inesperado. Mientras el volcán de Fuego permanecía en silencio, unas luces rojizas aparecieron por un instante sobre su cima. Las cámaras de videovigilancia lograron registrar el momento exacto en que estos destellos fugaces, conocidos como sprites, cruzaron la atmósfera.

 

Aunque parecen salidos de una historia de ciencia ficción, los sprites son reales. Se forman a gran altitud, entre 80 y 90 kilómetros sobre la superficie terrestre, justo en la frontera con el espacio. De acuerdo con la NASA, surgen cuando un rayo con carga positiva genera un campo eléctrico tan intenso que desencadena una descarga luminosa hacia la parte alta del cielo. No representan peligro, pero ver uno es un verdadero privilegio.

 

El fenómeno no es nuevo, aunque sí poco comprendido. En el siglo XVIII, el jurista Johann Georg Estor describió por primera vez un destello luminoso que ascendía durante una tormenta. No fue hasta 1989 que un grupo de investigadores en Estados Unidos los captó accidentalmente con una cámara especializada. Desde entonces, la ciencia ha buscado explicarlos.

 

En Colima tanto como en Puebla, su presencia es rara, y por eso la aparición sobre el volcán de Fuego ha generado entusiasmo entre científicos y fotógrafos. No tienen relación con la actividad volcánica, pero su aparición en ese contexto vuelve la imagen aún más poderosa: un volcán dormido bajo una tormenta eléctrica iluminado brevemente por luces que parecen del más allá.

 

Para entender mejor estos eventos, la NASA ha lanzado el proyecto Spritacular, una iniciativa de ciencia ciudadana que invita a las personas a compartir sus fotos o videos de sprites. Esta colaboración puede ayudar a responder preguntas clave sobre su comportamiento y frecuencia.

 

Según estudios científicos, sólo el 2% de los rayos positivos llegan a generar sprites. Por eso, cuando uno aparece y alguien logra captarlo, se convierte en una ventana valiosa para observar cómo se comporta nuestra atmósfera más allá de las nubes. (LV)