La SEV y sus formas de violencia institucional

  • Luis Valencia
La SEV de Claudia Tello y sus embates al magisterio veracruzano ante la resistencia nacional docente

A nivel nacional se vive un panorama de tensión en el magisterio a causa de las iniciativas de reforma a la ley del ISSSTE; el momento histórico nos obliga hoy a posicionarnos contra las injusticias y a señalar a las instituciones que oprimen y violentan de diversas formas a las personas y a las comunidades.

En el ámbito estatal, destaca la desidia e indolencia de la dependencia a cargo de los temas educativos; a manera de bosquejar la realidad local, el presente texto ofrece un breve abordaje en torno a tres problemáticas específicas enunciadas a continuación.

La falta de maestras-maestros frente a grupo en las escuelas públicas, la opacidad en el proceso de ingreso al servicio docente y las inconsistencias en el de promoción a puestos de dirección son solo algunas de las muestras de negligencia en que está incurriendo la Secretaría de Educación de Veracruz.

La insuficiencia de docentes.

Desde el verticalismo que está caracterizando a la dependencia de la cual es titular Claudia Tello, se ordenó que deben regresar a sus centros de adscripción aquellos y aquellas docentes comisionados en alguna actividad sindical o con alguna licencia. La consigna adornada con el título “Maestro al aula” ha sido suscrita públicamente en diversas ocasiones por parte de la gobernadora Rocío Nahle, quien no ha titubeado en exhibir el capital político que le ha otorgado a Tello.

Dicha acción ha sido enaltecida de manera propagandística por parte de la autoridad educativa local, situando al magisterio como el principal responsable de la falta de maestras y maestros en las escuelas. La estrategia principal de la institución no tiene ni forma ni fondo, culpar a las licencias y a las comisiones de la insuficiencia de docentes resuelve poco.

La verdadera táctica puede pasar inadvertida: manejar el discurso público de esta situación para culpar al magisterio de la inoperatividad, inacción, limitación y negligencia en general de la SEV. Hasta el momento la secretaria no ha informado mediante documentación oficial y fundamentada la dimensión de la problemática, de manera que desconocemos las cifras y los datos duros acerca de qué tantos espacios sin docentes hay.

A falta de mayores detalles de cómo será atendida la falta de personal docente, los cuestionamientos son inevitables y también necesarios: ¿Qué trasfondo tiene la falta de docentes en las escuelas públicas de la entidad? ¿Existe intencionalidad en la desorganización administrativa y de logística? ¿Por qué la SEV no ha presentado un verdadero plan de acción que movilice los recursos necesarios para cubrir la necesidad del servicio educativo? ¿Es la revocación de licencias sindicales una manera represiva para debilitar la organización de las y los trabajadores?

No hay certeza de las causas de esta problemática; sin embargo, los factos son los múltiples casos de la falta de docentes que se han vuelto del conocimiento público a través de distintos medios informativos de la entidad, situación que violenta el derecho humano a la educación y de la cual es total responsable la institución.

Ingreso al servicio docente y promoción: procesos turbios.

En los últimos días, las oficinas centrales de la SEV en la ciudad de Xalapa han sido el escenario de protestas por parte de maestras y maestros que aspiran a una vacante docente. Una de las principales inconformidades es la falta de transparencia en la oferta de plazas para docentes de nuevo ingreso que concursaron en el proceso de admisión, el cual está regulado por USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros).

En el concurso de admisión del ciclo escolar 2024-2025 participaron cinco mil 103 docentes y hasta el mes de enero del año en curso han sido asignadas alrededor de 700 plazas magisteriales. La problemática radica en que un gran número de esas plazas ofertadas por la SEV son temporales y un nombramiento de este tipo tiene una duración de tres o seis meses, por lo que no da certeza laboral a nadie.

No existe justificación del por qué no se ofertan más plazas definitivas, pese a que en la entidad son demasiados los casos de docentes que hacen falta en las escuelas. Nos encontramos ante una realidad contradictoria que la SEV está reforzando: no se garantiza el derecho a la educación de niños, niñas y adolescentes por falta de maestras y maestros, al mismo tiempo que no se ofertan plazas docentes de carácter definitivo.

A su vez, el proceso de promoción vertical 2024-2025 ha tenido diversas irregularidades e inconsistencias. Primeramente, el amplio retraso de aproximadamente siete meses, pues al día de hoy no se ha realizado ningún llamado de asignación de plaza directiva a los y las docentes que se encuentran concursando.

La incongruencia en los números es otra circunstancia que no debe pasar desapercibida; a falta de información oficial donde pudieran conocer la oferta de plazas, en diciembre 2024 las y los participantes se movilizaron para indagar que había 25 vacantes.

Para el 8 de enero del 2025 se dieron diversos casos de baja por jubilación, pero los números no se movieron. Es decir, a pesar de que hubo movimiento de personal que debió liberar plazas, sigue habiendo las mismas 25 vacantes ofertadas por parte de la SEV, situación que genera inquietud y desconfianza entre los aspirantes a promocionarse.

A pesar de que los y las docentes participantes han cumplido con todos los requisitos para aspirar a una vacante de dirección, la SEV y el órgano local de USICAMM no han garantizado un proceso justo, transparente e informado. En otras palabras, la dependencia está generando una situación que atenta directamente al desarrollo profesional de las y los docentes a través de la precarización laboral.

El magisterio veracruzano frente a la violencia estructural.

La dependencia estatal encargada de la política en educación ha mostrado su incapacidad para resolver las irregularidades antes mencionadas, situaciones que están afectando directamente a diversas comunidades educativas integradas por estudiantes, sus familias y docentes. En consecuencia, el pleno derecho al servicio educativo está siendo limitado y coaccionado desde la misma institución.

Que las problemáticas descritas sirvan para ejemplificar y entender a la negligencia como una de las formas de violencia institucional que consiste en la falta de atención y/o cuidado hacia las personas o grupos, lo que reduce las oportunidades para un desarrollo integral o colectivo y con ello aporta al aumento de las brechas sociales.

Atravesamos un contexto de agitación magisterial. La coyuntura actual alimenta la resistencia de quienes sí recuperan sus memorias de lucha y verdadera dignificación docente, aquella que se aparta del sindicalismo alineado y de los discursos oficiales que tratan de aparentar que los derechos de los y las maestras están garantizados.

Esperando que estas líneas les encuentren en este momento álgido, quisiera compartirles un par de ideas de autoría anónima que parecen necesarias el día de hoy. No permitan la censura, recuerden que: “Violentos son los que provocan la desigualdad social, no los que luchan contra ellos” y que “Posicionarse políticamente respecto a nuestra realidad histórica es una forma de dignificarnos”.

A la maestra veracruzana, al maestro veracruzano: miremos a los márgenes; despertemos del aletargo color naranja.