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Andrea, la alpinista que sobrevivió a tormenta en el Pico de Orizaba
Orizaba, Ver.- Un grupo de alpinistas que buscaba una nueva aventura se dispuso a escalar el Pico de Orizaba, la montaña más grande de México; sin embargo, el ascenso realizado el pasado 17 de febrero de 2024 no salió como lo esperaban, pues los alpinistas fueron sorprendidos por una tormenta que cobró la vida de tres de ellos.
La historia de los alpinistas mexicanos es compartida por Andrea Hernández, sobreviviente de este trágico incidente, quien a través de su cuenta de Tik Tok ha mostrado su proceso de recuperación y cuenta cómo fue escalar hasta la parte más alta del Pico de Orizaba.
Como de película, Andrea Hernández, alpinista de 41 años y sobreviviente de la tormenta ocurrida en el Pico de Orizaba, cuenta a través de un video los hechos en que tres de sus compañeros perdieron la vida y por el cual ella perdió los dedos de sus manos, pues que congelaron ante el clima extremo.
Andrea cuenta que fue una actividad que ya tenían planeada desde hace algún tiempo, la idea era subir la Sierra Negra para que el equipo se aclimatara y después bajar, para posteriormente subir al refugio Fausto González y de ahí escalar la cumbre del Pico de Orizaba.
Antes de iniciar su travesía, ella y el equipo prepararon cada una de las cosas que necesitarían, trazaron la ruta a seguir para ese sábado 17 de febrero.
Antes de iniciar el ascenso, la sobreviviente señala que revisaron el estado del clima que advertía de una tormenta entre las 8:00 y 9:00 de la mañana; sin embargo, expresa que esto no los alarmó ya que se encontraba dentro de los parámetros normales.
“Fue una subida perfecta. Llegamos a la cumbre, yo fui la última y en cuestión de minutos la tormenta se desató”, expresa Andrea en su video, en el que describe que la tormenta fue de menos a más formando un torbellino de aire llegando a “tambalear” a algunos de sus compañeros. Para protegerse, se resguardaron junto a una pared de piedra tratando de cubrirse con los sleeping que llevaban.
Mientras esperaban que la tormenta pasara, Andrea cuenta que todos rezaban por su seguridad y pedían a la Pachamama (madre tierra) que les diera la oportunidad de bajar juntos y con bien; además de que entre ellos se daban ánimos para continuar.
“Hubo un silencio que se nos hizo larguisimo; y hubo un punto en el que se tomó la decisión de bajar”. Hernández cuenta que su amigo y guía les indicó que no podían bajar por cara norte de la montaña pues el aire era bastante frío, así que comenzaron el descenso por cara sur bajando uno detrás del otro siguiendo una pared de piedra.
Momentos angustiantes fueron los que vivió Andrea, cuando la neblina de la tormenta la atrapó y perdió de vista al resto de sus compañeros: “comencé a gritar, y el viento, la tormenta, la montaña, se comían lo que yo estaba gritando”; asimismo revela que se sintió enojada con ella misma por lo que le estaba sucediendo a esas alturas.
Quiso alcanzar a sus compañeros, pero la tormenta había cubierto todo de blanco quitándole visibilidad, de modo que decidió seguir su instinto y continuar el descenso hasta que en cierto punto encontró una roca donde excavó un hoyo para refugiarse de la tormenta: “ya había perdido uno de mis guantes y en el tiempo que seguía cavando perdí mi otro guante”.
Andrea perdió la noción del tiempo y se quedó en su refugio hasta que pensó que debía continuar pues de lo contrario podría morir a causa de una hipotermia.
“Continué bajando como pude, porque para ese momento mis ojos ya se habían dañado por el frío de la tormenta, mis manos ya se estaban congelando y mis pies también, así que continué hasta el grado donde ya no pude bajar más”
En un segundo intento para resguardarse, cavó nuevamente hasta que el cansancio la venció; a la mañana siguiente tomó su teléfono para llamar al 911, quienes le pidieron mandar su ubicación, pero debido a que sus manos se habían congelado no pudo enviarla; por lo que volvió a bajar casi arrastrándose hasta llegar a otra piedra, donde escuchó ruidos.
“Empecé a gritar, eran los de Cruz Roja y Rescate Alpino que habían llegado por mí”, tras ser rescatada, Andrea fue llevada al refugio.
Andrea Hernández fue una de las sobrevivientes de este trágico suceso, no obstante, le han quedado secuelas de las lesiones que sufrió debido a la tormenta; las bajas temperaturas afectaron sus manos, pies y córneas, desafortunadamente, perdió los dedos de ambas manos, pero gracias a la intervención de los médicos ahora se recupera de las lesiones. (AD)