El desafuero en Veracruz

  • Jesús Alberto Velázquez Flores

Mucho se ha hablado de los juicios de procedencia que se han ventilado en esta LXV Legislatura del Estado de Veracruz, la cual, cabe decirlo, tiene una mayoría abrumadora del partido Morena.

No obstante, es necesario empezar el análisis mencionando un caso fallido de operación política y sustentación legal: el fallido intento de separar al Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortíz; intento que no funcionó y de la cual el Congreso fue nota nacional, al haber errado en esa ocasión con un tema que se veía más político que jurídico. 

Al respecto, en últimas fechas ha surgido una nueva posibilidad de aplicar este recurso legal para la separación de funciones, pero ahora para proceder contra un diputado de esta misma Legislatura local, así como con el Presidente Municipal y Síndica del Municipio de Actopan; el primero, llegado al Congreso por el PT, mientras que los segundos por la coalición PAN-PRD.

Pero nuevamente la pregunta que surge es: ¿se trata de movimientos que pretenden hacer valer la Ley o corresponden a revanchismos políticos?

Y es que, aunque los diputados tratan de hacer ver estos procedimientos como asuntos estrictamente legales, la verdad, el panorama insinúa un trasfondo político que ha encendido las luces rojas entre los opositores al régimen que encabeza el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez.

En un hecho inusitado en la historia moderna de Veracruz, el Congreso del Estado se ha convertido en el brazo ejecutor de los opositores al “Morenismo”, lo que preocupa grandemente ya que se corre el riesgo de utilizar las Leyes, así como los tres Poderes, para “castigar” a todos aquellos que no son del agrado de la clase gobernante, emulando las medidas de aquellos regímenes autoritarios cuando el poder se utilizaba para acabar con la democracia y amedrentar a la oposición; donde el autoritarismo era lo único que existía.

 Veracruz ha tenido importantes avances democráticos, pero tal pareciera que este último gobierno está luchando por acabar con ellos, lo cual implica un grave riesgo para la vida democrática en el estado, pues el control de un solo grupo gobernante en la Cámara de Diputados, en definitiva, le hace daño a la entidad, atentando contra los demás Poderes y actores políticos que no son emanados de sus filas.

Por tanto, es urgente que el Gobierno en turno entienda que la mayoría otorgada por el pueblo en las urnas, fue para darle viabilidad a un nuevo proyecto, no para ser utilizado de manera discrecional y acabar gradualmente con los opositores al régimen.

Es tiempo de una verdadera separación de Poderes; ése es el más grande anhelo que se tiene. Ya bastante desgastada esta la figura de los diputados para continuar enlodando aún más la labor legislativa.

Y esto lo debe entender esa mayoría que hoy usa las Leyes con fines inquisitorios, no de justicia.