Empoderamiento de los feos

  • Alberto Delgado
Que a usted le gusten los feos, no nos quita lo feo a los feos.

En otras entregas de esta columna hemos tocado el asunto, de gran importancia, de realizar un Manual Para Feos. Sin embargo, eso ha planteado en el público algunas interrogantes que son realmente dignas de tomarse en cuenta, y que hemos de enlistar a continuación:

¿Qué es ser feo?

Siempre ha habido feos. ¿Por qué necesitan un manual?

¿El manual sirve para las feas?

¿Es peligroso empoderar a un feo?

Trataremos de responder a estas interrogantes con cierto nivel de orden: Respondiendo a la primera pregunta, yo le diría, amable lector, que dejemos de lado las hipocresías: todos sabemos qué diablos es un feo. Todos sabemos acerca de nosotros, aquéllos que, como diría Leonard Cohen, estamos siendo “oprimidos por los cánones de belleza”, aunque esa opresión provenga de nuestra propia cara. ¿Qué es ser feo? Bueno, sin meternos en muchas complicaciones, ser feo es alejarse (a veces a gran velocidad) de los cánones de belleza impuestos por la cultura. Ahora por favor no me salga con que no conoce lo que esos estándares de belleza imponen, porque si usted está leyendo esto, seguramente conoce algunas de las pautas de la cultura occidental y francamente, si se me va a hacer el desentendido, yo ya no juego con usted.

No se complique, y más importante: No me complique a mí. Sabemos que las ideas de lo que es bello o feo provienen de una convención cultural (a veces, dictada desde la economía o desde la política). Que a usted le gusten los feos no es algo que yo le voy a discutir o debatir, todo lo contrario. Se lo voy a celebrar y hasta mi número telefónico le voy a hacer llegar. Pero vamos a decir una verdad: que a usted le gusten los feos, no nos quita lo feo a los feos.

Efectivamente a lo largo de la historia de la humanidad, la fealdad ha acompañado al género humano casi como una sombra. De hecho, la mayoría de quienes pertenecemos al género humano tenemos algo (a veces una generosa parte) de fealdad. Y ahí mismo radica la importancia de la belleza. Celebramos la belleza porque posee un carácter extraordinario, la belleza salta a la vista y hace especial a quienes la poseen. Esa es una forma de verlo. La otra es que si la belleza es tan extraordinaria, entonces, querido amigo feo, el mundo es nuestro. El mundo es de los feos. O lo bonito que es el mundo para los bonitos, nos lo deben a nosotros, los feos.

Si el mundo es de los feos, y somos más, entonces ¿Necesitamos un maldito manual? Yo creo que es una desgracia, pero sí. Lo necesitamos. Y eso tiene  que ver con un concepto feminista, el de Sororidad, que es la hermandad entre mujeres, que, sabiéndose oprimidas por la cultura machista, pueden aliarse, compartir, y sobre todo, cambiar su realidad. Creo que en un primer momento, es imposible plantear una “hermandad entre los feos” porque sinceramente  lo que menos quiere un feo es aliarse con otro, en primer lugar porque eso plantearía una competencia muy mala por saber cuál de los dos está más feo,  y en segundo lugar, que los feos sean muchos es una cosa, pero esperar que vengan en racimo, sería francamente un ataque. Así que es muy poco probable que haya una especie de hermandad o solidaridad entre los feos, por lo cual se hace necesaria una guía, una orientación, algo de lo que asirse cuando la fealdad es nuestro camino en la vida y hay que valernos por nosotros mismos.

¿El Manual sirve para las feas? La respuesta es NO. No quisiera discutir mucho el tema. Pero en atención a la gran cantidad de mujeres que me han preguntado lo mismo, dedicaré un par de líneas al tema. Este manual está pensado desde el punto de vista del cazador, del feo que aspira a tener, al menos por un momento, acceso a la belleza. Sinceramente desconozco las motivaciones que pueda tener una chica, y por supuesto que no sé cómo deban proceder al respecto. Además las que me han preguntado no están feas, y estoy empezando a creer que lo hacen por molestar. Dicho de otro modo, esta ventanilla no es la correcta para resolver sus dudas. Punto.

¿Es peligroso empoderar a un feo? Tan peligroso como empoderar a cualquiera. Uno es dueño de sí y de lo que le pasa. Tal vez todas las relaciones humanas sean relaciones de poder, pero no se me acelere. Un feo envilece con el poder lo mismo que cualquiera. Así que sí, es peligroso empoderar a alguien. Mejor empiece empoderándose usted mismo, y luego hablamos del poder que las demás personas ejercen sobre usted. Mi recomendación musical de hoy viene a cargo de Shaun Murphy, cantante de blues, oriunda de la hermana ciudad de Omaha, Nebraska, que en 2014 cantó con su banda esta rola que se llama, ni más ni menos, “Ugly Man Blues”. Dsfrute. Nos leemos el lunes.

Sígame en tuiter, no se va a poner más feo: @albantro