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Así opera representante señalado de abuso sexual en los Tiburones Rojos

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un joven relató las presiones que jugadores del equipo Sub 20 reciben para ser abusados sexualmente por su representante.

Xalapa, Ver.- El pasado mes de noviembre, el periodista deportivo Ignacio Suárez expuso en dos entregas de su columna en el periódico Récord, un caso (denunciado) de abuso sexual dentro del Club Tiburones Rojos de Veracruz, que involucra a una persona identificada como Fiscal de Boca del Río.

La columna titulada “Abuso sexual, el precio de un sueño” relata la forma en que Ángel Fuentes Olivares, representante de jugadores, abusó sexualmente de Bernardo “N”, a través de una serie de presiones para que se dejase practicar sexo oral, a cambio de alinear con el equipo Sub20.

La noticia no hizo eco en Veracruz, donde al Club ya se le señala por otro escándalo como el de los dobles contratos, pero sí a nivel nacional.

Este fin de semana la revista Proceso retomó el caso para relatar una vez más el modus operandi de Fuentes Olivares, quien se ha negado a ofrecer declaraciones al respecto.

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Mientras tanto, Ignacio Suárez exhortó a quienes se identifican como víctimas del presunto abusador para documentar sus casos a través de su columna.

Así se destapó el escándalo

De acuerdo con la publicación del periódico Récord, Bernardo “N” llegó a Veracruz a probar suerte en el equipo Sub 20 de los Tiburones Rojos, por recomendación de un amigo cercano, que le habló de Ángel Fuentes, “representante” del equipo.

“Podemos tener chance acá”, le dijo en una llamada telefónica en donde lo comunicó con Fuentes: “Voy a hablar con René Isidoro García, el técnico de la Sub 20 y te aviso cuanto re puedes venir. Ten preparadas tus cosas”.

Y la llamada llegó. “Te tienes que venir a Veracruz mañana temprano porque ya entrenas con la Sub 20. Vente en autobús yo te recojo en la terminal del ADO”; sin embargo Fuentes no llegó, y a cambio le hizo tomar un taxi con dirección a su domicilio donde, justificó, estaba reunido con el cuerpo técnico de la Sub 20.

El joven llegó al domicilio en el Fraccionamiento Floresta donde fue presentado con René Isidoro García y Carlos Casas “Casarín”, auxiliar técnico; después de la reunión, le designaron un domicilio en el que viviría mientras se resolvía su situación; allí compartía con otros jóvenes en su mismo estatus.

A Bernardo “N” le hicieron firmar un contrato en el que se estipuló un sueldo de 3 mil 500 pesos mensuales, que se quedaría en ele quipo Sub 20, y que lo habían registrado en la Federación para participar en el torneo Clausura 2018.

Pero el sueldo nunca llegó, y tuvo que recurrir a su padre para cubrir sus gastos: pagaba una renta de mil 400 pesos, más comidas, pasajes y otros gastos.

Llegaron las presiones

Récord acompañó la columna con una serie de capturas de pantalla de conversaciones entre Bernardo “N” y Fuentes Olivares, conocido como “Pato” o “El patrón”, en una de ellas, le hace saber que el joven no es “del gusto futbolístico” de Isidoro García, pero que aún así fue registrado, por lo que sólo él (Fuentes) podría ayudarle a cumplir su sueño, a cambio de hacer todo lo que le pidiera.

La supuesta promesa no se cumplió, René Isidoro sólo convocó al joven a la banca para algunos juegos y lo llevó al viaje de un juego en Torreón, hecho que según Ángel Fuentes, demostraba que “se movió”, pero ya estaba en pláticas con un directivo del equipo para que debutase, por lo que esperaba a cambio un “regalo”.

En las conversaciones y entre los jugadores se hizo común el término “rife”, que significa dejar que Fuentes Olivares les practique sexo oral a cambio de alinear.

Proceso cita, “Le comenté a mi amigo: ‘ya me quiero ir de aquí’. Y él me dijo: ‘¿Quién te trajo?’ Le respondí que “El Pato” y me soltó un ‘¡no manches! Ese bato es puto. A mi me dijo que me dejara que él se bajara por los chescos; pero le hice un relajo. Mi papá habló con él y hasta me pidió disculpas”.

Pero el joven pensó, “ya cuando me diga (El Pato) a ver cómo reacciono. Luego me empezó a decir lo del regalito y yo le decía que estaba agorado y que no podía”.

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Después vino el abuso. Durante los primeros días de noviembre, Ángel Fuentes citó a Bernardo “N” en su casa en la calle Nogal para charlar acerca de su futuro, la deuda por el sueldo y su contrato, previo al juego contra Querétaro.

“Si quieres jugar, si quieres tener participación en el equipo, te tienes que tirar un rife”, fueron las palabras de Fuentes Olivares; el joven rechazó la proposición sexual, y el representante reviró: “si no, te vas a tener que rascar con tus propias uñas y te puede pasar algo”.

“Ese día prácticamente me obligó –relató el joven- Me subió a su cuarto, me bajó el pantalón me hizo sexo oral. Cuanto terminó me dijo: ‘Yo checo en la semana para que juegues’. Me sentí sucio y pensé que ya no quería esto”.

“Toda esa semana estuve pensando. Soñaba con matar a ese señor. De envenenarlo con la comida. De hecho, lo sigo soñando. A veces no puedo dormir bien. Luego trajeron a otro chavo en mi lugar, que también está con Ángel. Este chavo tenía semanas sin entrenar, incluso se sabía que estaba metido en problemas de drogas. Igual pensé: ‘A lo mejor éste se dejó más que yo, y yo tengo que hacer eso a la fuerza y de todas maneras ni me meten a jugar’. Era una manipulación. Ángel estaba abusando de su poder y de que puede hacer lo que quiere”.

La semana siguiente, Bernardo “N” regresó a su natal Pachuca para enfrentar la verdad con sus padres, e iniciar un proceso penal por el delito de abuso sexual; lejos de Veracruz porque el joven midió los riesgos de que su representante aún tuviera en sus manos su documentación, y bajo el antecedente que, de acuerdo con Récord, Fuentes Olivares trabaja también como Fiscal en el municipio de Boca del Río, especializado en Responsabilidad Juvenil.

El periódico también documentó que el supuesto modus operandi de Fuentes Olivares era perdonas escándalos de alcohol y otros excesos a jugadores del Club, para después cobrar los favores integrando a jóvenes bajo su tutela a las fuerzas básicas.

Ignacio Suárez recibió testimonios que, aseguran, Fuentes Olivares no sólo pedía los “rifes” a jóvenes de la Sub 20, si no que con el paso del tiempo se dijo en las categorías Sub 15 y Sub 17; la mecánica llevaría más de 10 años aplicándose, y para desviar las sospechas, se registró a los adolescentes en una filial de la tercera División, donde no hay límite de registros.

De esto, coinciden las víctimas, tenían pleno conocimiento René Isidoro García y Carlos Cazarín, quienes –según anunció el Club el pasado 14 de noviembre- serían separados de sus cargos hasta que se aclarasen los hechos.

En dicho comunicado se hizo saber que Fidel Kuri Grajales, dueño del equipo, se comunicó con el padre y la víctima, sin embargo, fueron expuestos los nombres de ambos, por lo que Kuri será demandado por daño moral.

Kuri prometió llegar hasta las últimas consecuencias en dicho caso, pero se desvinculó de Ángel Fuentes, con quien se le ha visto compartir palco.

“No podemos vigilar la cama de cada quien”

Por su parte, el director deportivo de los Tiburones Rojos, Mario Trejo, fue cuestionado sobre el tema y minimizando los hechos, respondió que “si fuera ocurren cosas, es muy complicado andar vigilando la cama de cada quien, con todo respeto lo digo. Lo que es el exterior, es cuestión de ellos, lo que es interior, ahí tenemos que ver y en el interior vemos lo deportivo, lo humano también”.

Ante esta situación, la dirección de Asuntos Jurídicos de la Liga MX y del Ascenso MX ya inició una investigación.

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