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Migrantes centroamericanos dicen que México los ha tratado bien

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Hasta el medio día del lunes había dos mil 500 migrantes en el albergue del estadio "Jesús Martínez Palillo".

Sharenni Guzmán | La Silla Rota

Saraí Herrera ha tenido una vida muy difícil en Honduras. A los 8 años su mamá la abandonó. Tuvo que dejar la escuela. Estudió hasta sexto de primaria, porque desde pequeña tuvo que trabajar. A los 16 se casó. Ahora tiene tres hijos. Por ellos decidió migrar de su país.

Salió de Honduras el 12 de octubre junto con su esposo, hijos y hermanos. En total son 10 familiares. Viajan con la Caravana Migrante que entró a la Ciudad de México desde la tarde del pasado domingo.

“Al principio fue difícil. Los niños han sufrido mucho. Hemos dormido en banquetas, bajo la lluvia. Salimos de nuestro país por un futuro mejor, porque donde vivíamos no hay empleo, a veces mis hijos iban a la escuela, porque no había dinero ni para la renta. Además hay mucha delincuencia en Honduras. Los niños no querían salir a comprar porque les daba miedo".

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El gobierno capitalino implementó un albergue provisional en el estadio "Jesús Martínez Palillo" en la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca. Hasta el medio día de este lunes había dos mil 500 personas. Se espera que entre el martes y miércoles sumen más de 5 mil migrantes que estarán en la CDMX alrededor de dos semanas.

Un primer grupo de la Caravana llegó a la capital del país este 4 de noviembre. Desde ese día han arribado por contingentes. Vienen desde dos puntos: Córdova, Veracruz y de Puebla. La mayoría se transporta mediante ´aventones´, caminando o en camiones.

Saraí y su familia llegaron después de las 15:00 horas a la Magdalena Mixchuca de este lunes. El viaje ha sido exhausto, aunque en Puebla conocieron a un señor que les regaló 900 pesos para tomar el camión desde esa ciudad hasta la CDMX.

“Nos ha tocado venir a ´raite´, a veces caminando o en camiones. Hemos caminado más de 40 kilómetros desde que salimos de Honduras y gracias a México que se ha portado al 100 con nosotros. Un señor de gran corazón nos miró caminar. Iba arriba de un camión con turismo. Me habló y me dijo que no arriesgara la vida de mis hijos y la de los demás, y que él nos iba a dar dinero para que nos viniéramos en camión. Entonces él lo pagó con lo que nos dio. Solo pusimos 12 pesos para completar los pasajes".

Saraí relató que se casó muy joven, a los 16 años. Lo hizo para salir de su casa y para encontrar una mejor vida. Afortunadamente, dijo, que encontró a un buen marido con el que tiene tres hijos.

"Yo padecía del corazón y gracias a él y a Dios me operaron y por eso estoy aquí. Ahora solo me quedan dos hermanos, porque a uno de ellos me lo mataron. Fue la delincuencia. Hace casi siete años y eso ha sido muy difícil de superar, porque éramos muy unidos. Incluso a veces pienso que está conmigo aquí y que nos ha acompañado en este viaje, él nos cuida".

Su esposo trabajaba como albañil en Honduras y ella se desempeñaba como ama de casa. Debido a que desde niña tuvo que trabajar, Saraí abandonó la escuela y antes de salir de su país había entrado de nuevo a estudiar, pero la dejó otra vez para poder migrar.

“Yo traje a mis hijos porque no quiero cometer el error que hizo mi madre de abandonarnos desde pequeños. Espero en Dios que me ayude a salir adelante y a cumplir mi sueño".

La meta de Saraí es llegar a Estados Unidos y ahí buscar una mejor vida para ella y sus hijos. El viaje de la Ciudad de México para el vecino país del norte lo realizarán con la Caravana Migrante, sabe que es peligroso separarse de los contingentes e intentar llegar por su cuenta.

También en la Caravana viaja Walter Antonio Mendoza. Él va acompañado de su esposa y sus dos hijos. Todos vienen de Honduras y también salieron hace 28 días.

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"El viaje ha sido muy duro, porque salimos caminando y hemos venido por momento de ´raite´. Gracias a Dios todo ha salido bien. Los guatemaltecos y mexicanos se han portado muy bien con nosotros. Nos han ayudado en lo que han podido, nos han regalado ropa, comida, medicamentos, agua y lo que hemos necesitados para poder seguir".

Walter llegó a la CDMX de Córdova. Él y su familia salieron a las 4:00 horas y arribaron a la capital del país con un grupo de migrantes cerca de las 16:00. Estarán unos días y después pedirán asilo en Canadá.

“Por lo que hemos escuchado va a estar muy difícil en la frontera de Estados Unidos. Queríamos ver si podíamos ir a la embajada de Canadá (en México) y pedir ayudar ahí".

EL DISCURSO DEL GOBIERNO MEXICANO HA SIDO CONTRADICTORIO

Rodrigo Abeja, uno de los organizadores de la Caravana Migrante e integrante de la asociación civil Pueblo Sin Fronteras, acusó el doble discurso del gobierno federal. Por un lado, señaló que la administración de Enrique Peña Nieto dijo que México brindaría apoyo, pero ya en la práctica ha sido otra cosa.

"Caminar con la gente ha sido muy difícil, obstáculo tras obstáculo. El gobierno empecinado en bloquear el paso de las personas, operativos de la policía federal y del Instituto Nacional de Migración. También ha habido persecución y criminalización. El discurso oficial fue maquillado en el tema de derechos humanos, pero en la práctica ha sido golpe tras golpe".

Llegar a la Ciudad de México, indicó, fue muy pesado tanto por la cantidad de migrantes como por el acoso constante de policía federal durante todo el trayecto.

Abeja informó que en la capital del país la Caravana Migrante descansará unos días. Prevé que se quedarán dos semanas para, entre otras actividades, reagruparse y brindar orientación legal para toda persona que quiera asilo en Estados Unidos.

“Aquí va hacer el espacio donde la gente ya descansada va a poder recibir esa orientación y ya veremos en los próximos días lo que decidan las personas. También buscamos que la gente que siga el viaje tramite algún documento que los ampare, poder trabajar o desplazarse dentro del territorio mexicano y los que no, salir bien preparados para su reto en la frontera norte".

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