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Yunes engañó a migrantes con transporte pero eso no los detuvo

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Con su familia Katy esperó el transporte prometido por el gobierno de Veracruz y aunque les incumplieron siguió su camino

Ciudad Isla, Ver.-Los 150 camiones que prometió el gobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes Linares para la caravana de migrantes nunca llegaron. Por esta razón Katy López Salgado tuvo que continuar su viaje con su pequeña de 6 años.

Katy es una hondureña de 32 años. Desde que se enteró de la organización de la Caravana de Inmigrantes no dudó en integrarse.

"Mi hermana fue la que me animó a venirme con ella, yo no quería, pero al ver que la situación económica empeora cada vez más en mi país, es como decidí a venirme", relató.

Es madre soltera. Tiene cuatro hijos: Rosario, de 10 años; Milagro, de 6; Samanta, de 4; y Gabriel, de 3 años. En Honduras trabajaba de 7 de la mañana a 5 de la tarde como empleada doméstica.

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"Me pagaban en pesos mexicanos, serían como 400 a la semana y no me daba para alimentar bien a mis hijos. Decidí venirme únicamente con mi hija Milagro, los demás los dejé con mi familia para ver cómo nos va", explicó.

De Honduras tuvo que viajar junto a más personas hacia Guatemala, donde se unió a otros migrantes de ese país para poder ingresar a territorio mexicano.

"Desde que salimos de mi casa, gracias a Dios, siempre nos dieron “rai”; hemos viajado en autobuses y en camiones".

Katy recuerda un camión que les dio el "aventón" cuando se trasladaban del Estado de Chiapas hacia Veracruz.

"Era un camión de esos llamado jaula, donde suben las vacas. Una señora me hizo el favor de llevarse a mi hija en la cabina, pero a la hora en que yo me iba a subir, ya ve que está altísimo, el conductor arrancó y me estaba cayendo".

Al borde del llanto confesó sentir que iba a morir, pero unos señores la agarraron y la ayudaron a subir.

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Ahora continúa su camino junto a su hija y su hermana, a pesar de las promesas falsas del gobierno del Estado de brindarles transporte a la Ciudad de México.

"En el municipio de Sayula nos dijeron que nos iban a mandar autobuses y nada, todo fue mentira, nos vienen engañando", lamentó.

Este domingo Katy su hija y su hermana se encuentran en el Salón Social junto con el resto de los inmigrantes que conforman la caravana en Ciudad Isla.

"Me duele ver a mi hija sufriendo al sol y al agua. Esperamos que valga la pena nuestra salida del país, porque todos estamos arriesgando nuestra vida".

El apoyo solidario de la sociedad isleña y de las autoridades ha sido de gran dimensión para que esta noche los inmigrantes puedan descansar en la ciudad, tomar agua, café, refrescos o comer, y después puedan continuar con su camino hacia el sueño americano.

"Para mí el futuro es incierto, hoy estamos aquí y mañana quién sabe. Solamente le pido a Dios que no nos pase nada y que siempre esté con nosotros en este camino".

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