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Fumar "es un vicio que me hace sentir bien"

Entre 8 y 10 adictos a la nicotina ingresan al mes al CIJX.

“Es un vicio que me agrada y me hace sentir bien”, dice David Morín Aguilar, fumador desde los 15 años de edad, quien cuatro años antes (a los once) probó por primera vez un cigarro, que robó de la cajetilla de su papá; se escabulló con sus primos y lo fumó.

Diez años después de haber ingerido nicotina, reconoce que es adicto al tabaco, de vez en cuando ha podido dejarlo por dos días, pero cuando eso ocurre se siente ansioso, desesperado y le sudan las manos. El origen de su vicio, considera, está en su propia casa.

“En mi familia todos fuman, desde mis abuelos, mis padres, todos. Entonces por la curiosidad me iba con mis primos a fumar atrás de la casa, y así empecé a fumar y de ahí me gustó y de ahí se me quedó el vicio”.

Entre 8 y 10 adictos ingresan al mes al CIJX

Entre ocho y diez personas recibe al mes el Centro de Integración Juvenil Xalapa (CIJ) para atender sus problemas de tabaquismo; la mayoría de ellas rondan los 30 años de edad, informó el director Sergio Mayoral Barranca.

De esta cifra, por cada dos hombres adictos al cigarro, ingresan tres mujeres, y del número total de pacientes que atienden, el 60 por ciento de ellos recae en el tabaquismo, lamentó.

Sergio Mayoral informó que es hasta los 14 o 20 años después de haber iniciado el consumo de tabaco, cuando las personas acuden en busca de ayuda, pues “por desgracia la adicción a la nicotina es muy grande”. Y agregó “Necesitamos que haya una mayor conciencia del daño”.

40 cigarros en un día

“Quizá sí sería capaz de dejarlo”, dice de forma titubeante, insegura y pensante David Morín, estudiante de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, aunque recuerda que una ocasión dejó el cigarro por un mes; sin embargo no lo soportó y recayó en el vicio.

“Sí lo dejaría, pero no ahorita, quizás en un futuro, en cuatro o cinco años. Estoy consciente del mal que me hace, mi mamá estuvo enferma por eso hace un tiempo, y creo que el fumar es un mal vicio que te destruye en sí la vida por todo lo que se desencadena”.

Son ocho los cigarros que fuma diariamente, de preferencia ‘Camel’ o ‘Alitas’. Un día de mucho estrés y preocupación para él llegó a fumar dos cajetillas, es decir, 40 cigarros en un día, lo cual repercutió en su salud esa misma noche, pero de momento le dio un “break”.

“Lo hice por nervios, me había metido en un problema y mi mamá estaba hospitalizada, entonces me sentí demasiado presionado, tenía muchos nervios y yo creo que fue a raíz de eso que dejaba de fumar un cigarro y tenía ansias por otro”.

 

“Quien quiera dejar de fumar, puede hacerlo con especialistas”

Este vicio que comenzó por curiosidad, imitación a sus padres y presión social para encajar en un círculo social por “ser diferente”, ha provocado que hoy en día David Morín se limite a caminar grandes trayectos, tampoco se ejercita, pues inmediatamente se agita y comienza a toser.

En estos casos, dijo Sergio Mayoral, se requiere de apoyo médico y de un nutriólogo, puesto que la adicción al tabaco altera el sueño, la alimentación, el peso y todo esto se convierte en una “problemática muy compleja”.

“Por eso requiere un tratamiento especializado que ofrece tanto el ISSSTE como la UV; también el IMSS tiene un programa ‘antitabaco’ y la Sesver tiene un extenso recurso en todo el estado. De tal manera que quien quiera dejar de fumar, puede hacerlo”.

Actualmente el Centro de Integración Juvenil Xalapa está impartiendo un programa de rehabilitación por parte del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, el cual consta de 10 sesiones y se lleva a cabo en grupos de 4 personas.