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Pasear en Coatepec entre la herida abierta por desapariciones

En la región abundaban los casos de desaparecidos, secuestros, extorsiones, robos a establecimientos, y asaltos en carretera.

Coatepec, Ver.- En una esquina del parque Miguel Hidalgo, en el centro de Coatepec, se escucha la siguiente canción: El chapo tomo vacaciones / y se regaló un descanso/ dile al jefe de la plaza/ que lo recibe en Los Cabos.

Un niño de siete años, moreno y de cachetes regordetes, que está cerca, corea la demolía al pie de la letra. Una patrulla de la Fuerza Civil, con elementos armados en la batea, pasa frente a él a vuelta de rueda.

Es el último jueves de julio, a mediodía, y temporada vacacional, el parque luce atiborrado de turistas, que se cruzan con policías estatales, que resguardan el lugar. Hace calor, y en el kiosco central, todos piden la famosa nieve de mantecado. Otros, degustan el aromático café de la región en preparados refrescantes.

Este día, los paseos de los turistas se prolongarán más allá de las 21:00 horas del día, en algún canta-bar o restaurante del municipio. Pero no siempre fue así, Ricardo Pedro Palacios Torres, alcalde de la localidad, reconoce que hace un par de meses, los habitantes se encerraban a partir de las 20:00 horas. Y los turistas preferían no venir.

La ola de inseguridad y violencia que prevalece en el país, golpeó a Coatepec a partir del 2011. Algunos de los momentos más álgidos en materia de inseguridad, tuvieron lugar entre 2013 y 2014.  En la región abundaban los casos de desaparecidos, secuestros, extorsiones, robos a establecimientos, y asaltos en la carretera de 8 kilómetros que la comunica a la capital del estado.

Sin embargo, a diferencia de Veracruz-puerto, Coatzacoalcos, Xalapa, en donde los habitantes denunciaron ante las autoridades los casos de violencia. O de otros sitios donde se hicieron manifestaciones públicas para exigir la presencia del Ejército. El pueblo de Coatepec vivió la inseguridad, en una especie de secreto a voces.

Pronto, el pueblo reconocido en agosto del 2006 como Pueblo Mágico, comenzó a ser llamado “Pueblo Trágico”.

A estas horas en Coatepec, los tradicionales cafés y restaurantes de la localidad, comienzan a recibir a los comensales. Desde uno de ellos, La Jornada se enlazó vía Skype con Anaís Palacios Pérez, activista a favor de los derechos humanos de las familias con desaparecidos.

Esta mujer, que acompañó casos de víctimas del delito entre 2011 y 2013 en el centro del estado, advierte que el silencio ante la violencia, tuvo que ver con la percepción ciudadana de que la autoridad municipal y la delincuencia, estaban vinculadas.

“Para los ciudadanos, las autoridades municipales estaban muy vinculadas a los hechos de inseguridad -ahora no puedo asegurar que no lo estén-, pero en ese momento, la policía municipal era identificada con una banda de secuestradores, muy importante y muy fuerte, que operaba en la región.

“Persona que hacía una denuncia, era persona que tenía represalias. Recuerdo el caso de un ciudadano que denunció la presencia de delincuentes en su calle, y tiempo después, fueron directamente a su domicilio y balearon su casa. La gente no se denunciaba porque las autoridades le daba el aviso a los delincuentes”. Exalcade de Coatepec vinculado a Homicidio

A unos 100 metros de donde ocurre esta conversación, hace unos minutos, en el segundo piso del ayuntamiento de Coatepec, Ricardo González Jácome, tomó protesta como nuevo tesorero municipal. Su antecesor en el cargo, Guillermo Pozos Rivera, fue encontrado muerto a puñaladas (el 25 de agosto del 2014), en los límites de Coatepec y Jalcomulco.

Luego del homicidio del extesorero Guillermo Pozos, el Gobierno de Veracruz emprendió acciones para tratar de restablecer la seguridad en el municipio. Primero, desarmó a la policía local, y estableció el Mando Único (el 24 de Abril del 2015); después, remplazó a Roberto Pérez Moreno por Ricardo Pedro Palacios Torres en la en la alcaldía de Coatepec (el 24 de julio del 2015).

Pero antes de que estos cambios de llevaran a cabo, Coatepec vivió dos años entre constantes hechos de inseguridad y violencia, sin que las autoridades metieran las manos.

“Los policías se llevaron a mi hijo”: habitante de Coatepec

Atardece en Coatepec, y un aire fresco termina por apaciguar el calor de medio día. En kiosko del parque Miguel Hidalgo, se da cita Carmen Sánchez Tlapa, de 53 años de edad.

Llega tarde. Este día tuvo consulta médica en el Centro de Salud Mental, con sede en Xalapa, donde recibe terapia desde que su hijo Hugo Murrieta Sánchez, de 23 años de edad desapareció.

 Apenas se acomoda en el asiento, apunta -con el brazo extendido- hacia una esquina del parque que colinda con el Palacio Municipal. Ahí, un 16 de abril del 2013, a las 16:00 horas del día, tres camionetas con logotipos de la policía estatal le cerraron el paso al taxi 505 que conducía Hugo Murrieta. Desde entonces, no se sabe nada de él.

“Los que se llevaron a mi hijo, eran policías estatales, que estaban encapuchados, que iban uniformados. Nadie pudo ver las placas de las patrullas, porque les dio miedo acercarse, pero sí se percataron de que fueron policías estatales”, acusa Carmen Sánchez, quien presentó la denuncia 288/2013 ante la Agencia del Ministerio Público de Coatepec.

A dos años de la desaparición de su hijo, con la asesoría del Colectivo por la Paz en Xalapa, Carmen Sánchez logró que la Procuraduría General de la República (PGR) atrajera su caso, ante el posible delito de desaparición forzada.

Los avances en las investigaciones, declaraciones de testigos y rastreo de llamadas, señalan a 12 policías estatales, de responsables de la desaparición de Hugo Murrieta.

“Yo no conozco a la gente de la delincuencia, jamás se han metido conmigo, yo de ellos –sé que han hecho y desecho- pero en mi caso no, a mí los que me vieron a afectar fueron ellos (los policías)”, dijo.

En la última diligencia ante la PGR, los policías estatales fueron llamados a declarar por la desaparición de Hugo Murrieta. Llegaron con una coartada: “estaban en el pueblo porque habían ido a recoger el cuerpo de un hombre que se había suicidado”.

Sin embargo, el testimonio de uno de ellos, José Alberto Polo Ladrón de Guevara, llamó la atención de la PGR. “Él dijo que en esos días (en que desapareció Hugo Murrieta) elementos de las Fuerzas Especiales de la Secretaría de Seguridad Pública, con base en El Lencero, estaban entrando a Coatepec, que hacían desorden, y luego les echan la culpa a ellos”.

Carmen Sánchez dice que en el tiempo en que desapareció su hijo, escuchó de casos de otros jóvenes desaparecidos.  “Lo que pasa es que a ellos los encontraban al tercer día o cuarto día. Los iban a tirar a las carreteras lejanas, y los encontraban bien golpeados”.

Mando Único entró tarde y sin garantías de éxito: Activista

Aunque muchos hechos no trascendieron en denuncias ni siquiera a los medios de comunicación, aunado a la desaparición de Hugo Murrieta Sánchez, de 23 años de edad, se conocen los siguientes casos:

El 16 de noviembre del 2014, dos músicos que tocaron en la inauguración de un botanero de la localidad, fueron ejecutados. Sus cuerpos fueron arrojados en una céntrica calle del poblado. Y en más de una ocasión, los autores del crimen, les pasaron varias veces un vehículo encima.

Antes, el 26 de octubre, desapareció el periodista coatepecano Tomás David Matus, de 73 años de edad, autor de la columna “Cafetópolis”, que se publicaba en el periódico El Regional. A la fecha, no se sabe nada de él. Egresado de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (UV), llevaba 30 años de ejercicio periodístico.

Dos días previos, el 24 de octubre, en la comunidad de Tuzamapan, Coatepec, un joven -en calidad de desconocido- fue encontrado muerto, tirado dentro de un cañaveral. El cuerpo tenía el torso desnudo, huellas de haber sido torturado y cinta atada al cuello.

“Antes de que el Gobierno de Veracruz desapareciera a la policía municipal y decidiera implementar el Mando Único, Coatepec vivió dos años de desapariciones, secuestros, extorsiones, robos y asaltos”, dice Anaís Palacios Pérez, defensora de los derechos de las personas víctimas del delito.

Ahora que el Mando Único cumple tres meses en el municipio, y una cierta percepción de seguridad prevalece entre los habitantes, Anaís Palacios se muestra escéptica: “es muy pronto para hablar del éxito en el combate a la delincuencia y el restablecimiento de la seguridad”.

“La presencia del Mando Único en Coatepec no significa que haya mayor seguridad, más bien, podemos hablar de que se pueden negociar ciertas cosas con los grupos criminales, como decirles bájenle a la cuestión de la violencia, las extorsiones”.

Insistió en que la mayoría de las ciudades, donde después de un fuerte periodo de inseguridad, se pone en marcha el Mando Único, cierta calma se establece por un tiempo, pero luego siguen graves violaciones a los derechos de los ciudadanos”. “Puede ser que mejore la situación al haberse desvinculado la policía de las autoridades municipales. Puede ser que haya una mejora, que cambie la percepción de la gente con mayor presencia de patrullas, pero también puede ser que aumente el temor, y la reducción de comisión de delitos sea solo por un tiempo. La verdad es que no hay garantías”.