Un líder, cualquiera que sea su origen y su orientación, terminará siempre, siendo político, porque la política se ocupa de las decisiones de interés para toda la población.
Se desempeña, siempre, entre dos estrategias: unir o desunir. juntar o dividir. según convenga en la circunstancia en que opera, que es, también, una realidad hostil a sus propósitos.
La crítica ácida y destructiva, hacia lo que hay, será siempre el recurso más útil para sus propósi-tos, porque, si todo estuviera bien, entonces, no habría necesidad, que existiera su liderazgo.
Cambiar, transformar, modificar, serán siempre objetivos de su lucha, tenga o no, soluciones váli-das y posibles para ello, porque, el político también, se mueve siempre en la especulación y el futuro, para los cuales construye una nube de indefiniciones, que el mismo líder, no sabe, si se podrán conseguir, pero que se pueden ofrecer y negociar con las personas.
Por eso, conseguir algo o transformar algo, en realidad no es el propósito más importante para el líder. Lo más importantes, es mantenerse líder, consolidar su autoridad. Este será su primer obje-tivo y para eso necesita, que la gente le crea, le siga y le respete como un líder y si se puede has-ta como mesías.
Para un líder, todos los días serán de definición extrema.
A ese ejercicio, muy frecuente, los que saben, le llaman ¨polarizar ¨.
No hay medias tintas… se está o no.
La polarización, siempre ha sido un recurso de los políticos, que va aparejado a otro: tener un enemigo a quien vencer y mantener real la presencia de ese enemigo, así sea imaginario o solo, posible. Para ello, no es necesario sea real, la creación, el diseño a la medida, también es un re-curso propio de todo liderazgo, porque, la gente, siempre tendrá un enemigo a quien echarle la culpa de sus problemas, sus deficiencias, sus omisiones, o sus despojos.
La polarización, está incluida en esta elección, que ya comenzó y terminará después del primer domingo de junio del año próximo.
Por su propia pluralidad de pensamientos o de ver la realidad, somos una sociedad polarizada, dividida y confrontada. Esa polarización, sin embargo, da un nuevo valor estratégico a su voto.
Todas las opciones políticas se lo plantearán, como condición de redefinir las cosas en la política para que al país, le vaya mejor y a usted también. Así en ese orden de prioridades.
Siempre los políticos condicionarán la conducta del elector a su contribución al país… si votas mal, comprometes al país entero. Las broncas personales o familiares, van después.. el interés supremo de la nación, siempre estará encima.
Por esa polarización y confrontación, en la próxima campaña, todos los partidos promoverán, es, desde ahora, reacciones, no de razones.
Las reacciones solo convienen a quienes quieren un puesto. Las razones a quienes votan.
Resolver sus problemas y solucionar sus necesidades no se logra con emociones, ni sensacio-nes, ni estados de ánimo… el hambre, solo se satisface con comida.
Por eso, no es conveniente, reaccionar a mensajes o promesas, o amenazas. Lo que conviene es razonar, el valor de su voto, y la utilidad de, a quien, o quienes se lo entregará.
De por sí, sabemos que muchas promesas, serán solo eso, promesas.
Y la polarización, no las hace verdad.