Todas las sospechas recaen en Tecnoradio, la empresa que ganó la más reciente licitación del IFT: no se ha revelado quién es el dueño a pesar de obtener el mayor número de frecuencias (34 en FM y 3 en AM); fue la mejor postora del concurso -elevó los precios de radiofrecuencias hasta en un 300%-, por lo que ahora tendrá que pagar 287 millones de pesos. Pero ¿quién pagará realmente ese dinero?

Ante estas incógnitas se tienen tres hipótesis:

La primera es si los dueños de Tecnoradio son en realidad altos funcionarios del Gobierno Federal. La pregunta es pertinente porque los dueños previos (o disfrazados) han sido muy cercanos al poder, nos aseguran que con nombre y apellido estos personajes son Carlos Lara Sumano, fundador de la empresa y actual director del IMER, quien levantó una polémica tras difundirse que había sido él quien tramitó la licitación ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), lo que, de ser así, habría causado conflicto de intereses. En entrevista con Joaquín López Dóriga, él se deslindó y dijo que había vendido sus acciones antes de que iniciara el concurso. Fuentes del IFT nos confirmaron esta versión y dijeron que a la licitación acudieron los supuestos nuevos dueños.

Según el Registro Público de la Propiedad y de Comercio del Distrito Federal, Sumano renunció a sus acciones de Tecnoradio el 23 de febrero del presente año, apenas días antes del proceso de licitación. En el registro oficial se da fe también de la renuncia de los derechos de Héctor Zires Catano, Cenobio Amilpas Godinez, Carlos Sumano Lara y Víctor Carrera Mejía. Los funcionarios o apoderados que ocupan ahora sus cargos son Francisco Márquez Lozano, Enrique Escalante Oropeza, Ali Eduardo Bañuelos Santana, René Padilla Paez y Miguel Sánchez Maldonado.

De estos nombres, el que sobresale es Ali Eduardo Bañuelos Santana, flamante ganador de la licitación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para suministrar millones de televisores digitales en el llamado “apagón analógico” de la actual administración federal. Con la empresa Diamond Electronics ganó este concurso millonario, pese a no tener experiencia en televisiones digitales, frente a Samsung, por ejemplo, quien lidera en el mercado y quien también participó en la licitación.

Carlos Lara y Cenobio Alfonso Amilpas, ex funcionario público en la Dirección de Radio y Televisión de la SCT, quienes ayudaron a fundar Tecnoradio en 2011, dijeron vender sus acciones por cuestiones económicas.

Con base en esta hipótesis, funcionarios públicos podrían figurar como los dueños reales o haber operado la licitación para tener un consorcio radiofónico aliado ante las próximas elecciones. Se trata de 37 estaciones de radio en 18 estados del país...

La segunda hipótesis es si Sumano y Amilpas sirvieron de prestanombres para el Grupo Radiorama, rumor que se ha desdoblado en los medios. Al respecto, Gabriel Sosa Plata publicó que “Televisa, Grupo Fórmula y otros medios -que forman parte de la CIRT- han estado, a su vez, muy activos con coberturas periodísticas sobre el asunto”.

Se cree que este par de personajes son en realidad testaferros de Radiorama, mismos que también tendrían relación con Televisa. Sosa Plata y Aleida Calleja lanzaron la pregunta si se trata de ¿fuego amigo? Bajo esta misma sospecha ha escrito Irene Levy, en El Universal. Ella argumenta que cualquier empresario puede vender su compañía cuando se le dé la gana, pero lo que causa “incertidumbre” son los personajes, los tiempos, los montos y la relación con Televisa. Sin embargo, en espacios ligados con la televisora hay posturas críticas hacia esta operación.

Por último, se cree que haber inflado los precios pudo tratarse en realidad de un bloqueo para que no entraran nuevos competidores en el espectro radioeléctrico, como MVS.

Las tres hipótesis son posibles. Tendremos más pistas hasta el 22 de mayo, día en que se hará público un informe del IFT. Y si se pagan los 287 millones de pesos ¿de dónde saldrá el dinero? Conoceremos una posible respuesta… de no ser pagado, el proceso será cancelado.

@OpinionLSR