La seguridad del gobernador

  • Joel Hernández Santiago
Los resultados del gobierno de Alejandro Murat en Oaxaca son más de pérdidas que de ganancias

Uno puede estar de acuerdo o no con el gobierno de Alejandro Murat Hinojosa en Oaxaca. Decir, por ejemplo, que a más de cien días de administración los resultados son más de pérdidas que de ganancias; que en lo social es lamentable y con malos resultados para la mayoría expectante en un estado cuyos problemas saltan a la vista a cada paso por toda la extensión territorial.

… Que no se ve por ningún lado un proyecto de gobierno, de identidad estatal, de solución a cada uno de los grandes problemas del estado y que él mismo se muestra con evidente temor a meter la pata cada vez que intenta conectarse con los oaxaqueños en términos de gobernante y gobernados porque ambas partes ni se ven ni se entienden y es que, ya se sabe, el gobernador no conoce a los oaxaqueños y los oaxaqueños no se encuentran en él, hasta la fecha.

Así que, en todo caso, los grandes problemas del estado siguen ahí, contantes y sonantes, incluyendo la no solución a los requerimientos interminables-infinitos-voraces de los líderes de la sección 22-CNTE a los que ahora se suman otros de índole diversa y de origen disperso. 

Pero también hay una figura constitucional que el mismo Alejandro Murat Hinojosa representa y representará durante poco menos de seis años, como es la Gobierno del estado.

Con Murat Hinojosa o cualquiera otro, de izquierda, derecha o todo lo contrario, esta es una representación que es una responsabilidad política-administrativa-social que emana de la voluntad de la mayoría, según se sabe luego de haberse acreditado esa mayoría de forma legal, y él mismo deberá respetar y hacer respetar con toda dignidad, porque es la representación misma de los oaxaqueños, o por lo menos de su mayoría. La Constitución del estado de Oaxaca como la de los Estados Unidos Mexicanos así lo establecen… Como ocurre en el caso presidencial…

Pues todo esto viene al caso porque hace unos días, con motivo de su primera audiencia pública el 21 de marzo, un grupo de maestros y pre-maestros irrumpieron fuera del Palacio de Gobierno mientras se llevaba a cabo la primera audiencia pública del gobernador con quienes consiguieron acercársele para “pedirle algo”, aclarar “algo” o “salir en la foto en un acto que tiene más visos de populismo que de gobierno… No importa.

Los beligerantes maestros decidieron que querían entrar no para hablar, sí buscaban desactivar el evento y ponerse en el centro de la mesa en sus peticiones, en sus exigencias, en sus privilegios de ser maestros sin ser maestros, de ser docentes sin haber aprobado los mínimos exámenes de rigor que en todo el mundo se exigen y tal… Bueno. Tema que está pendiente de solución y que el mismo Murat Hinojosa había dicho que estaba solucionado a unos días de su toma de posesión.

Luego lo peor: acude a Guelatao con motivo del aniversario del natalicio 211 de Benito Juárez. Estando ahí, en una evidente falta de logística, de seguridad y del cuidado que merece la representación gubernamental se creó una gran confusión, se confrontó una multitud exigente con quienes acompañaban al gobernador, entre ellos su esposa…

Visto desde arriba, aquello era una multitud que envolvió al gobernante y a su esposa en tal desorden y de tal forma excepcional que de inmediato vino a la memoria lo ocurrido en Lomas Taurinas en 1994 a Luis Donaldo Colosio.

¿En dónde estaba la organización del evento desde la parte institucional? ¿Quiénes se hacían cargo de que no ocurriera ahí una tragedia a manos de un enloquecido personaje? ¿Qué pasa con el secretario de Gobierno, señor Alejandro Avilés Álvarez, en parte responsable de la política interna de Oaxaca y que por lo que se ve no hace nada de nada? ¿Y Seguridad Pública? ¿Y la seguridad del gobernador?....

Lo dicho: uno puede estar o no de acuerdo con el gobernador Alejandro Murat Hinojosa y su gobierno y su gabinete inodoro e incoloro, e incluso con la mano que mece la cuna; pero también es cierto que un descuido que ponga en riesgo su integridad física podría ser fatal para la seguridad interna del estado, para su intento de desarrollo y para la integración de propuestas sociales de solución. Y eso nadie lo quiere.

@joelhsantiago

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Joel Hernández Santiago

Es periodista y editor. Ha sido editorialista en UnomásUno, La Jornada, El Financiero y más. Fue coordinador de opinión de El Financiero y director de Opinión de El Universal. Fue editor en la UNESCO y de Le Monde diplomatique. Ha coordinado obras como: "Planes en la nación mexicana", con El Colegio de México y "Pensar a David Ibarra", el más reciente.