La virgen del retrete
- Alberto Delgado
Hace unos días, conversaba con algunos compañeros de trabajo, y les preguntaba acerca de cuál sería, según ellos, el momento más absurdo que han pasado por su trabajo. Lo bueno: hubo muchas historias. Lo malo: la mía fue la más ridícula. Y mire usted que hubo anécdotas que hasta involucraban cosas raras con animales.
En fin, como recordé ese bello momento, se lo comparto: Era diciembre, y era 2014. Recibo una llamada de una compañera reportera que, palabras más, palabras menos, decía: “tenemos que ir a la Carolino Anaya, bato. Dicen que se apareció la Virgen”. Y pues uno no pregunta, simplemente va a esas cosas. Tomamos el auto, atravesamos la ciudad y llegamos a una casa en la Colonia Carolino Anaya de esta ciudad (si usted no conoce la Carolino Anaya, está bien. No lo haga). Y llegamos a la dirección que nos habían indicado.
Era un cuarto de alquiler, pequeño. Nos recibió una chica bastante guapa, que nos guió hasta donde se encontraba la supuesta aparición: su baño. La taza de su baño, para ser específico. Aunque ponga esa cara, amable lector.
La taza del baño estaba con su tapa puesta y encima de ella un ejemplar de la Biblia, abierto en una página que mostraba la imagen de la Virgen de Guadalupe. Flores, veladoras, en fin, el baño estaba inhabilitado. En la caja de agua de la taza, había una mancha de sarro (supuestamente era la imagen de La Virgen) que se había formado durante la ausencia de la chica por unas cortas vacaciones. Ya se organizaban los vecinos para llevar a cabo rezos y otras actividades en el baño, y quien esto escribe estaba ahí, haciéndole fotos a un retrete.
Mientras me hincaba (porque me tenía que acercar a la taza del baño para hacerle las fotos a la “virgen”, no vaya a pensar que aceptaba el milagro), me preguntaba si el momento de la revelación había sido tan incómodo como yo me lo imaginé (porque una cosa es que la Virgen te hable, pero que te hable cuando no tienes puestos los pantaloncitos, pues ya no suena tan bien). También me pregunté cómo iba a ser la vida de esta chica en adelante, pues, de la noche a la mañana, por “voluntad divina”, se había quedado sin baño, y tendría que pedirlo prestado a los vecinos, o pedirle permiso a la virgencita para hacer lo suyo. Además, tenía una duda muy importante acerca del tipo de mensaje que estaba dando una virgen al aparecerse en una taza del baño. Con todas estas interrogantes, era difícil trabajar, la verdad.
Afortunadamente, la respuesta a todas las preguntas no tardó mucho, cuando desde la Arquidiócesis invitaron a la chica a lavar su baño, porque, a decir de las autoridades eclesiásticas, “La virgen no hace así las cosas, y esa no era una aparición de la Virgen, sino una simple mancha”, y se cerró la discusión al respecto.
Conclusión: La gente ve lo que quiere. Y a propósito, ojalá usted quiera ver la exposición de nuestro colectivo +Foto, que, si todo sale bien (y también si todo sale mal) estará exhibiéndose a partir del 16 de febrero (jueves, jueves) en el Centro Recreativo Xalapeño. La inauguración será a las 19:00 horas, o 7:00 pm, lo que suceda primero. Le dejo la foto de la brevemente célebre “Virgen del Retrete”.
Le dejo una gran canción de Madonna, en una versión muy extraña de Francesca De Fazi, que alguna vez tuvo la gran idea de volverla un buen blues. Disfrute, nos leemos el lunes:}
Sígame en Tuiter, no le va a hablar la Virgen: @albantro