Política, economía y violencia en el Veracruz de la transición…
- José Luis Ortega Vidal
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En términos de definición el llamado crecimiento económico de un país o de una entidad federativa como Veracruz se constituye por el aumento de la renta o valor de bienes y servicios finales producidos por una economía en un determinado periodo, generalmente de un año.
El término renta se refiere al ingreso económico del país o del Estado.
Si hacemos un analogía coloquial: el crecimiento económico sería el equivalente a los ingresos anuales en efectivo o en bienes –por ejemplo una casa nueva o una ampliación, o la compra de muebles o de un coche- y servicios –escuela, salud, electrificación- en un hogar a lo largo de un año.
Si al inicio del 2015 la sumatoria de tu renta, bienes y servicios daba a tu familia un promedio X un año después debes hacer otra sumatoria X y comparar si tuviste un crecimiento económico o no.
Puedes tener un promedio de 0 %, es decir sigues igual que hace un año: a eso se le llama estancamiento económico y es riesgoso porque tus bienes se van deteriorando, tu edad avanza y la inflación deteriora el valor de tu dinero, o sea vas en picada.
En una economía sólida lo ideal es crecer –en promedio- por lo menos un 8 % cada año.
Una economía regular tirando a mala crece de 3 a 4 %.
Una economía mala crece de 2.5 % hacia abajo.
Una economía pésima, mala, a punto del estancamiento crece al 1 % o se queda en 0 %.
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El doctor en finanzas públicas e investigador de tiempo completo por la UV, Hilario Barcelata Chávez, fue entrevistado por el periódico El Economista que publicó sus conceptos sobre la economía veracruzana el sábado 13 de agosto.*
En palabras del también integrante del equipo de transición del gobernador electo Miguel Angel Yunes Linares: “una economía colapsada y sumida en la más severa crisis de la historia moderna de Veracruz es la herencia de Javier Duarte para su sucesor”.
Coordinador del Observatorio de las Finanzas Públicas de la Universidad Veracruzana, Barcelata Chávez explicó “que el gobernador saliente heredará a la siguiente administración graves problemas financieros que incluyen déficit fiscal por 10 mil millones de pesos, deuda pública que asciende a 170 mil millones de pesos y escaso crecimiento económico”.
Explicó “que desde el 2013 el Producto Interno Bruto de Veracruz sostiene una caída sistemática con tasas de crecimiento negativas. Mientras que para el 2016 la economía estatal prolonga su agonía debido a que durante el primer trimestre el PIB del estado aumento sólo 0.3 % lo cual lo ubica en el lugar 27 a nivel nacional, muy lejos de entidades como Hidalgo que en ese mismo lapso creció en 8 %; Guerrero 6.1 %; Sinaloa 5.0%; y Michoacán y Jalisco 4.7 y 4.6% respectivamente.
Otra vez en palabras coloquiales: el Producto Interno Bruto (PIB por sus siglas) es un concepto cuya definición sería: “una magnitud macroeconómica que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país (o una región) durante un período determinado de tiempo, normalmente un año”.
Digamos que es la riqueza que produce una sociedad –país o entidad- en conjunto y en un período determinado, generalmente un año.
Se parecen pero no son lo mismo.
Una cosa es el crecimiento económico: es decir, cuánto crecimos como sociedad incluyendo a todos los sectores y finalmente a las familias y los individuos.
Otra cosa es cuánta riqueza producimos como sociedad, incluyendo a todos sus miembros pero observando la producción individual, colectiva y por sectores: primario -campo, secundario -industria- y terciario -servicios-.
Una diferencia substancial entre el PIB y el crecimiento lo constituye la repartición de esa riqueza, si es que se produjo...
Aquí hablamos del Ingreso Per Cápita o IPC.
Es decir, cuánta de esa riqueza macroeconómica llega al bolsillo de los ciudadanos, de las familias con rostro y nombres.
En ambos casos, estamos ante temas multifactoriales.
El PIB crece o no por factores internos y externos –las inversiones privadas y públicas o el precio del petróleo por ejemplo- entre otros.
El crecimiento económico ocurre por elementos económicos, financieros pero también políticos y sociales –como la corrupción, la impunidad- etcétera.
Al final, ambos conceptos están coaligados.
Pudo haber crecimiento del PIB pero no crecimiento económico porque los políticos se robaron ese dinero o los empresarios no lo repartieron en mejores sueldos y derechos a la clase trabajadora lo que afecta al IPC.
Volvamos a citar al especialista Barcelata Chávez y su análisis de la economía veracruzana actual; la que dejará un gobernador y recibirá otro; enemigos ambos, enfrascados en una guerra de denuncias y mediática que provoca inestabilidad política y afecta la economía, así como la falta de crecimiento detiene el desarrollo social e influye en la violencia que padecemos en todo Veracruz:
Habla el investigador de la UV: “en relación con las diferentes actividades económicas del estado, en el 2016 presenta un crecimiento de 3.0 %, cifra inferior al 4.4 registrado en el año anterior. En la industria, desde el 2013 la producción muestra tasas de crecimiento negativas, algunas incluso de hasta -9 %, como la presentada en el último semestre del año pasado”.
“Respecto a las actividades secundarias, éstas presentaron una caída en el primer trimestre del 2016 al ubicarse en -2.8 %, lo cual coloca al estado en el lugar 28 a nivel nacional, lejos de la media nacional de 1.1 %. En cuantos a las actividades terciarias, si bien tienen un valor positivo en el primer semestre del 2016 al ubicarse en 2.1 %, éste es menor a los registrados en el 2014 y el 2015; cuando fue de 2.5 y 2.6 % respectivamente.”.
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Es importante subrayar que este análisis de Hilario Barcelata Chávez nos ofrece una visión de una parte respecto a la economía de Veracruz.
Empero desde la perspectiva federal –por ejemplo- ante la privatización de PEMEX y la pérdida de empleos que ha generado en el Sureste de México se tomó la decisión de incluir a Coatzacoalcos y Salina Cruz en las Zonas Económicas Especiales.
Ayer, el Subdelegado del IMSS para el Sur de Veracruz, Jorge Tubilla, reconoció la pérdida de 20 mil cotizantes.
Sin dar un dato preciso sobre el período en que ocurrió esa pérdida de empleos, el funcionario admite que el proyecto Etileno XXI llegó a registrar 15 derechohabientes durante su construcción en Nanchital, Veracruz del 2010 al 2015 y tras inaugurarse en el 2016 opera con sólo 1 mil empleados, sin que haya habido otro u otros proyectos industriales que reemplacen esta baja considerable.
Tuxpan, en el norte del estado, tendrá inversiones privadas en el ramo petrolero y vía marítima estará conectada con el Sur de Estados Unidos, con Texas más específicamente.
Ahora bien:
¿Cuántos empleos generarán estos proyectos?
¿Qué clase de empleos?
¿Cuándo se aterrizarán?
¿Cómo se inscribirán estos planes –la Zona Económica Especial del Sur, por ejemplo- en el contexto de una dinámica cultural contradictoria, dialéctica, problemática como es la del Istmo Veracruzano-Oaxaqueño?
No es lo mismo el Sur de Veracruz que el Norte de Veracruz.
Una cosa es tratar con zapotecos, nahuas y popolucas y otra muy distinta tratar con huastecos, totonacas, nahuas del norte.
Una cosa es el México pobre del Sur y otra el México cercano a Estados Unidos y con una mentalidad de valor agregado, de industrialización del campo.
¿La Reforma Educativa y los problemas con la CNTE en Oaxaca, no son un ejemplo de lo que podría ocurrir con la Zona Económica Especial del Istmo?
¿Y la posible desaparición de Pajaritos ante la explosión de Clorados III el pasado 21 de abril?
¿Y la falta de recursos y voluntad de los socios de PEMEX –Petroquímica Mexicana de Vinilo- que ha expresado la opción de colocar este Complejo en otra parte del país porque teme que PEMEX no le suministre el gas etano que requiere como materia prima?
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La guerra política entre Duarte y Yunes es sólo un capítulo de la difícil situación que vive Veracruz.
No olvidemos la parte económica que describe Hilario Barcelata Chávez y las otras variables existentes al respecto.
Tampoco olvidemos la violencia, la inefable presencia cotidiana de la muerte desde el Pánuco hasta Las Choapas pasando por el Coatzacoalcos.
VARIA
¿A quién extraña el fracaso deportivo mexicano en las Olimpiadas de Río de Janeiro?
Alfredo Castillo no pudo con Michoacán y no puede con la COMUDE.
Y claro a favor suyo sólo resta entender lo ocurrido en el caso michoacano, la culpa se debe repartir e incluye múltiples aspectos: desde los políticos hasta los económicos, sociales y culturales.
¿Y cuándo repartiremos soluciones además de acusaciones?
¿Y cuándo acabaremos con los políticos mediocres?