Sheyla Fuertes Lara
Me da gusto ver que cada vez son más las mujeres y hombres que se suman a las acciones que realizamos mujeres feministas y que hacemos con el objetivo de visibilizar y accionar para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, porque estos temas no deben verse como que les tocan sólo a las mujeres, la sociedad en general debe contribuir y las autoridades hacer lo que les corresponda al respecto.
La movilización nacional contra las violencias machistas que se realizó el pasado 24 de abril a través de la campaña #NoTeCalles y #VivasNosQueremos, conocida como “Primavera Violeta”, contempló acciones para visibilizar la violencia, con varios hashtags que lograron las principales tendencias en redes sociales, una problemática que está ahí y que cada día pone en riesgo la vida de las mujeres y las niñas, principalmente en el espacio público.
Todas las mujeres hemos vivido situaciones como acoso callejero, hostigamiento, que nos han hecho sentir mal, y como bien lo comentaron algunas compañeras a nivel nacional y local, no somos exageradas, ni queremos llamar la atención, tampoco es como dicen algunos por ahí, que las mujeres adultas deberíamos dar gracias que todavía hay “alguien” que nos dice algo en la calle. Lo único que reflejan las personas que afirman esto, es una falta de sensibilidad ante las situaciones de violencia que nos aquejan y por supuesto, el machismo que llevan dentro.
No, no quiero que nadie me diga nada en la calle, no me gusta, no lo necesito. Cuando camino por la vía pública o viajo en el transporte público quiero sentirme segura, no acosada y de igual forma quiero ver que las jóvenes que son las más vulnerables, caminen y se sientan así.
Mujeres y hombres que están en puestos de decisión al igual que las y los legisladores locales, deberían saber que su trabajo es hacer que se cumplan los ordenamientos legales y crear reformas que beneficien a la población con la perspectiva de género y de derechos humanos.
Es por esto que quienes integran la sexagésima primera legislatura local tienen en sus manos una forma de contribuir con la ciudanía que votó por ellas, ellos, y no aprobar la reforma al Artículo 4º Constitucional que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural, porque vulnera los derechos de las mujeres y es un paso para su criminalización en caso de un aborto espontáneo o por decisión.
Es necesario que las y los diputados dejen atrás sus prejuicios y respondan no a los intereses de sus partidos, sino a los de las mujeres y las niñas que habitamos el estado, que recuerden que el estado es laico, que no pueden ni deben legislar anteponiendo sus creencias religiosas.
Las mujeres queremos sentirnos seguras, que se respeten nuestros derechos, queremos tener acceso a mejores servicios de salud, a los métodos anticonceptivos, a decidir sobre nuestro cuerpo, que al acudir a las instancias correspondientes a interponer una denuncia nos traten con respeto y no nos revictimicen y se aplique la ley.
Desde hace poco me asumo feminista, y soy como cualquier persona, promuevo y defiendo los derechos humanos en todos los espacios en que me muevo, busco la igualdad sustantiva, igualdad de condiciones para mujeres y hombres en todos los espacios, ni más, ni menos.
Cada día somos más las personas que buscamos que las mujeres y las niñas mejoren sus condiciones de vida, y que los tres niveles de gobierno hagan su trabajo, y dejen de propiciar el populismo y el asistencialismo que no soluciona las problemáticas que nos afectan, al contrario, fomentan la pobreza y la falta de oportunidades para todas y todos.