¿Por qué en el Altiplano habrían de dejar en manos de los grupos políticos locales la decisión sobre la sucesión 2016 en Veracruz?

“Por respeto a la soberanía del estado”, dirán quienes se esconden bajo la fachada del legalismo para quedar bien con la elite del poder. O por “reconocimiento a la prerrogativa del Gobernador” para manejar ese proceso, argüirán los voceros oficiosos que sin pudor ni dignidad arrastran la lengua y el lápiz con tal de mantenerse enchufados en la nómina estatal.

Pero lo que es un hecho es que eso no va a suceder. Cada vez es más claro que será en Los Pinos donde se diga la última palabra sobre el derrotero que tome el proceso para suceder en la gubernatura a Javier Duarte de Ochoa.

Después de haber montado todo un circo y de lanzar a la “cargada” para imponer la idea de lo “bueno” que sería reformar la Constitución del Estado y que la siguiente gubernatura sea de sólo dos años, el tinglado se les está cayendo.

Al parecer, en Los Pinos le dijeron “no”  a la pretensión absurda de que el próximo Gobernador de Veracruz dure en su encargo solamente dos años, y menos aún por designación del Congreso para integrar, a su vez, un supuesto “gobierno de coalición”. Ésos sí son verdaderos sueños de opio.

No por nada, el senador José Francisco Yunes Zorrilla, uno de los principales afectados si prosperara la gubernatura de dos años, se pronunció claramente en contra de esta enmienda y dio los argumentos legales y políticos que seguramente ya les “explicaron” a los fallidos operadores estales.

“En primer lugar, no hay ninguna disposición en la reforma político-electoral aprobada en el Congreso de la Unión que obligue a una entidad a celebrar jornadas electorales simultáneas entre el titular del Ejecutivo estatal con el titular del Ejecutivo federal.

“En segundo lugar, sostengo una y otra vez que para el estado no sería conveniente que hubiese dos elecciones en menos de dos años, dadas las condiciones económicas del país y dadas las circunstancias del estado. Yo creo que las gubernaturas en Veracruz deben ser de seis años”, afirmó sin ambages Yunes Zorrilla.

Y todavía añadió, para darle la puntilla a quienes se fueron de bruces esparciendo brutalidades legaloides: “ninguna elección de Gobernador, para un periodo nuevo, puede hacerse de forma indirecta. La Constitución, en su artículo 116, establece que deberá seleccionarse un Gobernador de manera directa, esto es, con votos libres, secretos y universales para un nuevo periodo”.

“Son certezas que surgen ni siquiera desde la Constitución local. Esto está expresamente dispuesto en el artículo 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ninguna gubernatura puede estar un minuto más de seis años, no hay forma. De menos de seis años es potestad de los congresos. Y ningún Gobernador, para periodo nuevo, puede llegar de manera indirecta, sino en elecciones donde la ciudadanía participe con su voto”, enfatizó el legislador federal.

Más claro, ni el agua. Si José Yunes, quien se caracteriza por ser institucional a veces en demasía, se decidió a expresar de forma contundente su rechazo a una enmienda que él bien sabe de dónde provino, es porque también sabe o debió consultar la postura de Los Pinos al respecto. A casi de dos años de gobierno de Enrique Peña Nieto, en estados como Veracruz aún no entienden que las reglas del juego cambiaron y que los priistas no se mandan solos.

El oficialismo mediático seguro excusará a los verdaderos promotores de este aborto político una vez que se decrete oficialmente su muerte, diciendo que la propuesta era del PAN y que el gobierno estatal no la habría suscrito en ningún momento.

Allá quien les quiera creer.

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