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¿Necesitamos tomar leche los adultos?

Norma Pérez Arcos /

Desde el punto de vista nutricional existen los especialistas que están a favor de incluir en nuestra dieta leche de vaca  y los que sugieren sustituirla por leche de almendras, soya, avena o amaranto.

Lo cierto es que somos la única especie de mamíferos que sigue consumiendo leche en la edad adulta. Ante esto, bien valdría la pena preguntarnos si estaríamos dispuestos a seguir tomando leche del mamífero que nos amamantó en nuestra primera infancia, es decir, de nuestra madre.

Desde la perspectiva del respeto animal, es conveniente que nos informemos de dónde viene la leche que nos venden en esas cajas tan fáciles de adquirir y meter al refrigerador. Tenemos una gama muy amplia de leches de vaca: descremada, semidescremada, deslactosada, de sabores, light, etc. Pero el origen es el mismo: un mamífero de otra especie a la nuestra al que en muchas ocasiones se les explota durante toda su vida, y al decir toda su vida me refiero a día tras día, encerradas en un espacio muy pequeño, sin poder pastar y caminar como lo harían en su hábitat.

Lo interesante de este tema es que cada vez son más las personas que manifiestan inflamación y malestar al ingerir leche de vaca y a pesar de ello, los anuncios comerciales en nuestros televisores, espectaculares y revistas cada vez nos bombardean más para que la tomemos. Sin duda, la empresa de lácteos es muy importante económicamente hablando.

Y como la decisión es de cada persona, sin el afán de persuadir a que dejen de tomarla quisiera mencionar algunos beneficios que tiene la leche de almendras por ejemplo (y que dicho sea de paso también la encontramos en caja en los supermercados para nuestra mayor comodidad).

La leche de almendras no sabe a vaca, que es un sabor que en ocasiones puede ser desagradable, por el contrario, tiene su propio sabor con un ligero toque parecido a la nuez.

Tiene la misma consistencia que la leche de vaca por lo que le podemos dar el mismo uso, esto es para hacer licuados de fruta, acompañar al cereal, etc.

Es rica en vitaminas E, D y A, proteínas, omega 6, zinc, calcio, hierro, magnesio y potasio.

Es más baja en calorías, incluso que la descremada.

Obviamente es libre de lactosa por lo que la puede tomar cualquier persona.

Ayuda a mejorar los niveles del colesterol bueno (HDL) y reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y triglicéridos, y además ayuda a fortalecer el corazón.

Debido a que la almendra contiene vitamina B2, ayuda a que las uñas y el pelo se fortalezcan y que la piel tenga una mejor hidratación.

La leche de almendra es muy fácil de hacer, simplemente dejas remojar las almendras por la noche, al día siguiente las licuas con un poco de agua, viertes la mezcla a través de una gasa, la exprimes bien con tus manos en una jarra, la refrigeras y listo.

Ante todos estos beneficios, la decisión es tuya.

Podemos mejorar nuestra salud y economía respetando la vida y el bienestar de los animales de otras especies.