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Así puedes conservar el recalentado de la cena navideña

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Estas son algunas de las formas de conservar alimentos y evitar riesgos tras la cena navideña.

Después de la cena navideña, miles de familias en México buscan conservar los alimentos para el recalentado sin poner en riesgo la salud.

Conservar alimentos de forma correcta reduce el riesgo de intoxicaciones, evita el desperdicio y permite aprovechar platillos típicos como la pierna, ensalada de manzana o chipotles navideños. El manejo adecuado inicia desde el momento en que termina la reunión familiar y no cuando aparece el hambre al día siguiente.

Los alimentos del recalentado pueden conservarse hasta tres días en refrigeración, siempre que se mantengan a una temperatura igual o menor a cuatro grados centígrados. Esta recomendación aplica para carnes cocidas como pollo, res, cerdo o pavo.

No todos los platillos resisten el mismo tiempo. Pescados, mariscos, ensaladas y salsas tienen una vida útil menor y deben consumirse en un máximo de 24 horas. Estos alimentos concentran mayor humedad y favorecen el crecimiento de bacterias.

El primer paso para conservar alimentos después de la cena navideña consiste en dejarlos enfriar por completo. Introducir comida caliente al refrigerador altera la temperatura interna y acelera la proliferación de microorganismos. El enfriado debe ser natural y sin cambios bruscos.

Otra recomendación clave es dividir los alimentos en porciones pequeñas antes de guardarlos. Este proceso facilita el enfriamiento uniforme y evita recalentar grandes cantidades más de una vez. Recalentar el mismo platillo en repetidas ocasiones afecta su seguridad y su sabor.

El uso de recipientes herméticos también resulta esencial para conservar alimentos. Los envases de vidrio o plástico apto para alimentos, como PET o polipropileno, ayudan a mantener la cadena de frío, evitan olores y reducen la contaminación cruzada dentro del refrigerador.

Etiquetar los recipientes con la fecha y el contenido permite identificar con claridad qué alimentos deben consumirse primero. Esta práctica evita olvidos y reduce la tentación de probar comida que ya superó su tiempo seguro de conservación.

Cuando las porciones son abundantes, la congelación representa una opción segura. Los alimentos sellados y almacenados a menos de –18 grados centígrados pueden conservarse hasta tres meses sin perder sus propiedades. Para lograrlo, se recomienda congelar porciones pequeñas y frías.

El proceso de descongelación también influye en la seguridad. La recomendación es pasar los alimentos del congelador al refrigerador y permitir que la temperatura baje de forma gradual. Descongelar a temperatura ambiente incrementa el riesgo sanitario.

El último paso es el recalentado. Para consumir alimentos de forma segura, deben alcanzar al menos 74 grados centígrados. Revolver o girar el platillo durante el calentamiento garantiza una temperatura uniforme. Los expertos insisten en recalentar solo una vez. (EP)