Cuando se habla de destinos asiáticos que despiertan curiosidad, Macao suele ocupar un lugar destacado. Esta pequeña región administrativa especial de China, ubicada a unos 60 kilómetros de Hong Kong, cuenta con una rica conexión histórica con Portugal y la modernidad de los edificios de construcción asiática. Aunque muchos la relacionan con sus lujosos casinos y hoteles de gran escala, Macao ofrece mucho más para los turistas mexicanos: cultura, arquitectura, gastronomía y un ritmo de vida que revela la fusión entre Oriente y Occidente.

Macao representa no solo una oportunidad turística, sino también una ventana hacia el fortalecimiento de los lazos con China con occidente. Hoy, gracias a la creciente apertura de rutas aéreas y el interés de desarrollar más los intercambios comerciales y culturales sinomexicanos, este enclave puede convertirse en un puente atractivo para los viajeros que buscan nuevas experiencias en Asia. Además, al no ser un destino tan explorado por el turismo latinoamericano, visitar Macao abre la posibilidad de descubrir un lugar donde la tradición convive con la innovación.

El pasado portugués que marcó su identidad

Macao fue colonia portuguesa durante más de cuatro siglos, hasta que en 1999 volvió a la soberanía china bajo el modelo “un país, dos sistemas”. Este periodo dejó una huella profunda en su arquitectura, sus tradiciones religiosas y hasta en su idioma, ya que aún se pueden encontrar letreros en portugués y algunos habitantes mayores lo conservan como lengua de uso. 

El centro histórico, con sus calles empedradas y edificios barrocos, está reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Para un visitante mexicano, caminar por esas calles puede generar cierta familiaridad, al recordar la presencia colonial ibérica que también marcó el pasado de nuestro país.

La capital mundial del juego

Aunque Las Vegas es la referencia más inmediata cuando se habla de apuestas, Macao la supera en volumen de ingresos. Sus casinos generan varias veces más ganancias que los de Nevada y atraen a millones de visitantes cada año, sobre todo de China continental. 

Sin embargo, este fenómeno no solo se limita al turismo del juego, ya que la infraestructura creada en torno a la industria ha impulsado el crecimiento hotelero, la gastronomía de alta gama y espectáculos de talla internacional. Para los mexicanos, esto puede representar un atractivo paralelo: conocer un destino que mezcla entretenimiento con un trasfondo cultural mucho más amplio.

Gastronomía con mezcla de sabores

La cocina de Macao es una de las expresiones más claras de su mestizaje cultural. El llamado “minchi”, un plato de carne picada con papas y salsa de soya, refleja la combinación entre técnicas portuguesas e ingredientes asiáticos. También es célebre la tarta de huevo al estilo portugués, que se vende en cada esquina, junto con preparaciones típicamente chinas como los dim sum. 

En los últimos años, Macao se ha posicionado como destino gastronómico de nivel mundial, con varios restaurantes con estrellas Michelin. Para México, cuya cultura culinaria es Patrimonio de la Humanidad, explorar esta fusión ofrece un diálogo interesante entre dos tradiciones con siglos de historia.

Un hub entre Asia y el mundo

La ubicación de Macao le da un papel estratégico como puerta de entrada al sur de China. Está conectada con Hong Kong mediante el puente marítimo más largo del planeta, inaugurado en 2018, lo que facilita el tránsito de turistas y mercancías. Para empresarios mexicanos interesados en el mercado asiático, Macao puede servir como plataforma de negocios, especialmente en sectores como turismo, hospitalidad y productos de lujo. 

Además, el gobierno local impulsa ferias internacionales donde participan empresas de diferentes países, abriendo espacios para el intercambio comercial.

Posibilidades turísticas más allá del juego

Quien visita Macao descubre que no todo gira en torno a los casinos. La península y las islas vecinas cuentan con templos budistas, fortalezas coloniales y playas tranquilas. Uno de los sitios más emblemáticos es la fachada de las Ruinas de San Pablo, lo que queda de una antigua catedral jesuita destruida por un incendio en el siglo XVII. 

También destacan festivales como el Año Nuevo Chino y la procesión de la Virgen de Fátima, que revelan la mezcla religiosa de la región. Para un viajero mexicano, estas experiencias muestran un destino en el que lo sagrado y lo profano coexisten de manera singular.

Requisitos para viajar desde México

Para los mexicanos interesados en viajar a Macao, la buena noticia es que no se requiere visa para estancias de hasta 30 días. Basta con presentar un pasaporte vigente y cumplir con las regulaciones migratorias locales. 

El acceso suele realizarse a través de Hong Kong o vuelos con conexión en ciudades chinas importantes como Pekín o Shanghái. Esto abre una ventaja para quienes desean combinar varios destinos en un mismo viaje. Además, el turismo desde América Latina está en la mira de Macao, por lo que es probable que en los próximos años se generen más facilidades de conectividad. (DFD)