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Terremoto en Veracruz: 52 años del sismo que devastó Orizaba

  • Iraís García
El sismo de Orizaba de 1973 dejó más de 500 muertos en la ciudad de Orizaba y alrededores. En el país hubo más de 1000 muertos.

Veracruz, Ver.- La madrugada del 28 de agosto de 1973, entre las 3:45 y las 3:50 horas, un fuerte sismo sorprendió a los habitantes de la zona centro de Veracruz. Se trató de uno de los movimientos telúricos más devastadores registrados en México, con una magnitud de 7.3 y epicentro a 30 kilómetros al suroeste de Tierra Blanca, a 82 kilómetros de profundidad, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN).

El terremoto se prolongó casi dos minutos, un tiempo inusualmente largo que dejó sorprendidos a quienes lo vivieron. Orizaba, hoy Pueblo Mágico, fue la ciudad más golpeada: ahí se registraron 539 muertes y severos daños materiales, entre ellos la caída de la cúpula de la iglesia de San Juan de Dios y la destrucción de la Escuela Técnica 48.

La violencia del movimiento también alcanzó a Córdoba, Nogales y al puerto de Veracruz. En total, las cifras oficiales reportaron mil 200 víctimas fatales en todo el país; no obstante, estimaciones extraoficiales señalan que el número real pudo haber ascendido a tres mil, ya que en aquella época no se contaba con mecanismos adecuados de registro.

En Puebla, particularmente en Ciudad Serdán, los daños también fueron considerables: decenas de viviendas y edificios resultaron gravemente afectados.

Los testimonios de quienes vivieron aquella madrugada aún perduran. Martha Haro recuerda la narración de su madre, residente del puerto de Veracruz:

 “Siempre me contaba que despertó con el estruendo de los muebles cayendo. Al llegar al comedor, la vitrina estaba en el suelo y todo hecho pedazos. Me decía que jamás había sentido un temblor tan largo y tan fuerte”.

El SSN explica que la magnitud del fenómeno obedeció a diversos factores: la profundidad del epicentro, la gran liberación de energía y la localización en el Eje Volcánico Transmexicano, una franja geológica altamente vulnerable. A esto se sumó la fragilidad de las construcciones de la época, muchas de ellas antiguas y levantadas sin normativa sísmica.

El sismo de Orizaba de 1973 no ha sido el único en la región. Décadas antes, el 3 de enero de 1920, un terremoto de magnitud aproximada de 6.4 sacudió Xalapa, Cosautlán y Teocelo. Oficialmente se reportaron 650 fallecimientos, aunque investigaciones posteriores estiman hasta dos mil muertes, principalmente en comunidades rurales sepultadas por deslizamientos de tierra.

Cinco décadas después, la memoria del sismo de Orizaba sigue presente como un recordatorio de la vulnerabilidad de Veracruz ante los movimientos de la tierra y de la necesidad de fortalecer la cultura de prevención sísmica en la región.