Córdoba, Ver.— “Mi Yanga” es una canción que mezcla rap, ranchero y bolero para promocionar las tradiciones, raíces y hasta personajes emblemáticos del municipio de Yanga, Veracruz. 

Jesús García Díaz —alias “Wuacho Díaz”—, Tachito Martínez y Javier Antonio Hernández —alias “Yasser Hernández”—, son los autores de este proyecto. A la fecha, el tema musical supera 50 mil reproducciones en todas las plataformas.

Para ellos, la canción habla sobre la historia, cultura y tradiciones de Yanga, incluyendo sus carnavales y costumbres. La letra es una oda a la región y su gente. Allí prevalecen familias afrodescendientes. 

Añadieron que el objetivo de su trabajo conjunto es promover la canción como un himno para el municipio y sus habitantes. Además, buscan mostrar la riqueza cultural de la región a través de la música.

“En el tema mencionamos que Yanga es el primer municipio libre de América para que la gente lo conozca en todo el mundo”.

“Presentamos a la reina actual del carnaval, toda la zona del parque, las nieves de Don Nacho, que es una persona muy emblemática. Salió el tema muy lindo y esperemos lo escuchen y lo sigan reproduciendo”, indicaron los artistas. 

De acuerdo con los músicos, su proyecto es innovador, pues une a tres talentos de diferentes estilos musicales para crear una canción que celebra la identidad y las tradiciones del municipio de Yanga. 

La fusión de rap con elementos de música tradicional mexicana crearían un sonido único y auténtico. Los artistas invitaron a escucharla y compartirla para que se consolide como un himno al pueblo de Yanga. 

Yanga y su historia

El municipio de Yanga, es reconocido por el gobierno federal por la historia que guarda sobre la llegada de personas africanas y afrodescendientes en la Nueva España —hoy México— y en toda América.  Esta zona es testigo de opresión y de resistencia. 

“La rebelión liderada por Yanga no fue la primera sublevación en la Nueva España de africanos esclavizados, y mucho menos la última. Sin embargo, es una de las más importantes debido al éxito de la resistencia”, cita la página oficial del Gobierno de México.

Según explica la investigadora Adriana Naveda, en el portal del gobierno federal, la esclavitud fue de suma importancia en la época, pues “representaba más de la mitad del valor total de las haciendas”. 

Entonces, quienes poseían esclavos, no solo se negaban a otorgarles la libertad por la pérdida económica que representaba, sino que veían en el cimarronaje un peligroso ejemplo que otros esclavos podrían seguir. Por ello, la rebelión de Yanga es un caso emblemático. 

¿Quién fue Yanga?

Yanga fue un hombre africano, quien en 1579 fue llevado como esclavo a la Nueva España, específicamente a la zona de haciendas cañeras y estancias de ganado en el valle de Orizaba, Veracruz. 

Según “Historia de la Compañía de Jesús en Nueva España”, de Francisco Xavier Alegre, Yanga era un hombre de edad avanzada y originario de la nación Bran, donde —de no haber sido prisionero— se hubiese convertido en rey.

El hombre africano escapó y se estableció en palenques ubicados en las faldas de la sierra de Zongolica, en la sierra Madre Oriental, en compañía de otros africanos que también buscaban la libertad.

Algunos de los esclavos habrían llegado a la zona debido al crecimiento azucarero que se dio en Veracruz a finales del siglo 17 y principios del siglo 18, según la narrativa de Xavier Alegre.

Pronto Yanga se habría convertido en líder del establecimiento y se encargó de la administración civil y política del grupo a lo largo de más de 30 años. 

Mientras que el mando militar fue cedido a Francisco de la Matosa, un joven proveniente de Angola que tomó el nombre de su explotador y que también había escapado de la esclavitud. 

Aunque españoles y africanos se enfrentaron, la resistencia y perseverancia del ejército de Yanga y de la Matosa hizo que el virrey accediera a negociar la libertad de los rebeldes. 

De ese modo, los españoles ofrecieron una tregua que implicaba algunas capitulaciones para Yanga y su gente. Las condiciones tenían que ver con el deseo de terminar con las fugas de esclavos y las rebeliones.

A partir de ese momento, Yanga y su gente se comprometieron a atrapar y devolver a cualquier esclavo que escapara y que buscara refugio con ellos. Esta condición no fue cumplida del todo.