Gudelia Ixtepan, originaria de la localidad de Tulapan en el municipio de San Andrés Tuxtla, se convirtió en padre y madre de su nieta Karlita, cuando los padres de la pequeña -de 6 años- la abandonaron.

Con 500 pesos a la semana y el apoyo de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC), Gudelia acompaña a la menor de edad en su lucha contra la leucemia, detectada hace poco más de un año.

“El papá y la mamá la abandonaron así que yo fui quien se hizo responsable de ella; ella es mi nieta”, contó.

DETECTAN CÁNCER INFANTIL 

Todo comenzó cuando la menor desarrolló una serie de síntomas que, en un principio, creyó era dengue. Gudelia, al desconocer de qué se trataba, hizo caso a las recomendaciones que le dieron sus conocidos y le suministró paracetamol.

Karlita no mejoraba, así que la llevó con un médico quien le diagnosticó una infección urinaria y le recetó una decena de inyecciones.

“Mi niña estaba sana pero en dos días comenzó con dolor de cabeza, dolor de huesos, fiebre que no se le quitaba (...) entonces, cuando ya iba para los dos meses (con síntomas) me dice mi hermano ‘te voy a dar tres mil pesos y llévate a la niña al doctor’. Entonces, ese doctor le recetó 10 inyecciones y me dijo que la niña tenía una infección urinaria”. 

Cuando las inyecciones que le recetó el médico se terminaron; la piel de Karlita cambió de color se puso amarilla, así que Gudelia llevó a la menor a un hospital del municipio de San Andrés Tuxtla.

“Ahí me dijeron que quién sabe si iba a amanecer viva porque iba muy grave, muy mala, ya no comía, ya no tomaba agua, ni suero, ya no quería nada”.

En el Hospital de San Andrés Tuxtla le dijeron a Gudelia que, en ese centro de salud, no contaban con el tratamiento que requería la niña y la mandaron a la Torre Pediátrica localizada en la avenida 20 de noviembre del Puerto de Veracruz.

El 10 de mayo de 2024, Gudelia recibió la noticia: Karlita, su nieta, tiene cáncer. Durante ese tiempo, abuela y nieta se unieron a la asociación AMANC.

La abuela señaló que las inyecciones que el médico le recetó a la menor, por la supuesta infección urinaria, únicamente empeoraron las cosas porque provocaron que le bajaran los glóbulos rojos.

500 PESOS A LA SEMANA

Gudelia es oriunda de Tulapan, un pueblo situado a más de 14 kilómetros de la cabecera municipal de San Andrés Tuxtla. Es la localidad más poblada del municipio, en dirección norte, y cuenta con una población de aproximadamente mil 700 ciudadanas y ciudadanos.

Es una mujer que sabe sembrar y cosechar elote, a eso se ha dedicado toda su vida, sin embargo; tuvo que dejar de trabajar en los campos de cultivo para enfocarse al cien por ciento en su nieta Karlita.

Dejó la región de Los Tuxtlas y se fue a vivir al puerto de Veracruz para estar cerca de Karlita. Mientras la niña recibe atención en la Torre Pediátrica, la abuela pasa las noches y recibe alimentación en el albergue de AMANC.

Así han sido los últimos nueve meses para Gudelia y su nieta Karlita; la niña en el hospital y Gudelia en el albergue. Cada lunes, la paciente infantil recibe su respectiva quimioterapia en la Torre Pediátrica.

“Yo a veces cuando la veo, lloro. Cuando le ponen su tratamiento ella se pone malita, me grita y pues le tengo paciencia por su enfermedad, esto nunca había pasado con mis hijos y ahorita cuando a ella le tocan sus quimioterapias. Yo me desvelo y hasta me enfermo”.

Cada lunes, antes de entrar al hospital, la abuela se encomienda a Dios para pedirle que sane pronto a la niña.

Contó que, hace poco, tuvo que viajar de emergencia a Los Tuxtlas porque su mamá -la bisabuela de Karlita- está al borde de la muerte. Fue viaje express porque regresó de inmediato al Puerto de Veracruz; Karlita no podía faltar un solo día a las quimioterapias. 

Desde que Gudelia dejó de trabajar, su hija -tía de Karlita- la ayuda mandándole 500 pesos a la semana o cada 15 días para sus gastos en la ciudad de Veracruz.

“Yo lloré mucho (cuando se enteró del cáncer de su nieta) porque aunque no es mi hija, yo estoy solita, nada más tuve dos hijos. El papá de ella (Karlita) se fue, la abandonó, entonces yo me quedé con ella y ahorita la que me está apoyando pues es mi hija, no me manda mucho, a veces 500 pesos a la semana o a veces cada 15 días”.

La mujer agradeció el apoyo de AMANC, no solo por darle un lugar para dormir y alimentos para comer sino también por ayudarla a conseguir los medicamentos que le piden en la Torre Pediátrica.

La abuela dijo que, aunque es difícil el proceso médico que tendrá una duración de tres años, no pierde la esperanza en que su nieta será dada de alta.

“Yo puse fe y esperanza en Dios para que mi niña salga adelante”.

LEUCEMINA EN MÉXICO 

En México, se estima que cada año hay entre cinco mil y seis mil nuevos casos de cáncer infantil, de los cuales, alrededor del 50 por ciento son leucemias.

Cada año, aproximadamente entre dos mil 500 y tres mil niños y adolescentes son diagnosticados con leucemia. Dicha enfermedad es el tipo de cáncer más común en la infancia y adolescencia en México. 

La presidenta de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) Veracruz, Susana Lara García, indicó que el uso de herbicidas, fertilizantes y otras sustancias químicas son algunas de las causas del desarrollo de cáncer en infantes y adolescentes.

"Son factores del uso de materiales que son tóxicos por parte de los padres aunado a la mala alimentación. Todo esto contribuye a que, este menor, salga con esta enfermedad. Herbicidas, pesticidas, fertilizantes, todo eso se va al manto freático".

Agregó que se han detectado casos de niños que estuvieron expuestos por periodos prolongados a estos productos y que posteriormente desarrollaron la enfermedad.

"El manejo que tienen los padres, no tenemos en mente la costumbre de tener el uso de guantes, mascarillas, toda la ropa quitártela y dejarla en tú lugar de trabajo, llegas así a tu casa, ellos no tienen la conciencia de lo que está sucediendo", añadió.