Abigail, su hijo de 10 años Andrés y la abuela del menor, fueron víctimas de la desinformación y misinformación, luego de que una publicación se hiciera viral en redes sociales en donde acusaban al niño y a su abuelita presuntamente de ser ladrones.

La publicación se viralizó a través de mensajes que fueron reenviados a través de grupos de Whatsapp en la zona conurbada Veracruz - Boca del Río, así como también en redes sociales.

Para entender lo ocurrido con Abigail y su familia, es necesario comprender los conceptos de desinformación y misinformación.

La desinformación es la creación, difusión o promoción intencionada de información falsa, inexacta o engañosa con el objetivo de influir en la opinión pública, obtener beneficios políticos o económicos, o desestabilizar a individuos, instituciones o sociedades enteras.

La misinformación es cuando se comparte información errónea  sin intención de causar daño (por ejemplo, al reenviar sin querer una noticia falsa). Esto lo vemos muy a menudo cuando en redes sociales se comparten publicaciones que no pasaron por una comprobación de datos y se dan por verdaderas.

El caso al que nos referimos ocurrió el domingo 1 de junio. Abigail había salido de casa temprano por un tema laboral, Andrés, su hijo se quedó al cuidado de su abuela. Estaban aburridos y no tenían ganas de arreglarse mucho, así que decidieron irse con la ropa con la que estaban descansando en casa y dirigirse a la plaza comercial El Dorado, ubicada en la Riviera Veraruzana, en donde Abigail vive con el menor.

Andrés y su abuela llevaron unos suéteres porque en la plaza siempre les da frío debido a que está encendido el aire acondicionado. Abigail explica que ella, les había pedido que estuvieran “bañados y listos” para la hora de la comida, pues irían a la misma plaza por algo de comer y al cine, a ver la película de estreno "Lilo y Stich".

Así que la abuela y el menor comenzaron a caminar por la plaza, a paso lento, se metieron a varias tiendas sin comprar nada; a esperar que transcurrieran las horas y llegara la madre.

En esa espera, Andrés tenía un trompo con el que de repente se paraba y jugaba a mitad de los pasillos de la plaza.

Entre los pasillos se toparon a una mujer acompañada por su hija, una amiga de su hija y su esposo. Este grupo de personas también estaban paseando en la plaza comercial cuando vieron a Andres y a su abuelita, asumieron que estaban siguiéndolos y decidió grabar una nota de voz que se viralizó en redes sociales. Aquí un fragmento de lo que dice: 

“Nos empezaron a seguir en varias tiendas, llegamos a Cheddar y se hizo mucho más evidente que nos estaban siguiendo porque yo entré con carrito a hacer el super y ellos entraron sin nada. Y en todos los pasillos veía que yo volteaba y ellos se hacían como que estaban viendo algo y así nos fueron marcando el paso por todos los pasillos de Chedraui”.

“Llegamos a las verduras, mi esposo ya estaba ahí y ellos se pusieron donde están los juguetes y seguían como que checando. Se daban la vuelta y el niño se volvía a asomar para ver si estábamos ahí”.

La madre de Andrés explicó que su hijo siempre que van al supermercado se va directo al área de juguetes. “Es un niño, cualquier niño lo llevas al súper y quiere ir a ver los juguetes”, dijo.

En ese momento, la mujer que viralizó el video del menor, decidió decirle al guardia de seguridad que la seguían, sin embargo, el guardia de la tienda no hizo nada por lo que se retiraron del lugar.

“Ella se sentó en una de las bancas y ahí estuvieron. En ese momento dije; algo malo puede pasar”.

Entonces, la mujer mayor de edad, se paró frente a André, un menor de 10 años, le tomó una fotografía y lo enfrentó.

“Le dije por qué nos estás siguiendo tú y tu mamá. El niño se trabó, me dijo: ‘no, no, no, aparte ella no es mi mamá’ Y la verdad pues empezamos a hacer el alboroto para que todo mundo volteara y los viera y ellos dijeron no nosotros no estamos haciendo nada”, se escucha en el audio.

Abigail explicó que su hijo le contó después que la señora lo había asustado muchísimo, que su abuela le había dicho que estaba cansada y él quería jugar con el trompo así que se hincó en el piso - que es la posición en la que estaba cuando le tomaron la fotografía- y comenzó a jugar. En este momento es cuando llegó una mujer y le empezó a gritar cosas que él no entendió.

“Yo lo vi como estuvo toda la tarde diferente, como temeroso, no era él, fue hasta el otro día que accedió a contarme”, dijo.

Sin embargo la situación no quedó ahí, este audio se viralizó en todos los grupos de vecinos de la Riviera Veraruzana y también con los de padres de familia de diversas escuelas de la zona. El alcance fue amplio que llegó a oídos de mamás y papás que conocen a Andres y Abigail.

Más tarde, la publicación fue subida por otra usuario, Agatha Reby a facebook.

“El domingo uno de junio del 2025 mi hija junto con una amiguita y su mamá fueron a plaza El Dorado alrededor de la 1:00 pm la señora y el niño de la foto las empezaron a seguir. Primero fue una tienda, después otra tienda y ya en la tercera tuvieron que decirle al de seguridad porque era muy obvio que sí las estaban siguiendo. Pensamos que estaban tras las niñas, suponemos que hay más gente involucrada con ellos, hay que estar muy atentos y más vale ser exagerados”, escribió.

Abigail explicó que decidió buscar el origen del audio para denunciar a la persona que lo viralizó pues está exponiendo a un menor de edad.

Llegó hasta una mujer que decía ser muy amiga de la persona que había grabado el audio y clamaba la veracidad del mismo, sin embargo, cuando Abigail le dijo que ella era la madre del menor y quería el contacto de esta persona para hablar con ella y hacerle saber que procedería legalmente, cambió su versión y dijo no conocerla.

Abigail también se intentó comunicar con todos los que subieron la publicación para explicar la situación y pedir que la bajaran pues exponen la imagen de un menor de edad con información falsa, sin embargo, Agatha Reby -la usuaria que comenzó el todo- la bloqueó y después ocultó las publicaciones.

La madre del menor ya se encuentra realizando los trámites necesarios para iniciar un proceso legal en contra de las personas que compartieron la publicación.

Además, de manera personal, le ha pedido a todas los usuario de redes sociales que compartieron ese post; que lo bajen y aclaren que se trata de información falsa.

Inicios de la desinformación

Hace 14 años se vivió uno de los primeros casos de desinformación que generó psicosis luego de una publicación que se hiciera viral en redes sociales.

En el 2021, María de Jesús Bravo Pagola publicó en sus redes sociales que estaba ocurriendo un ataque armado desde un helicóptero a una escuela primaria. Además, dijo que había secuestro de alumnos y amenazas de bomba.

La publicación se viralizó de inmediato. Cientos de padres de familia dejaron sus trabajos o salieron de sus casas muy preocupados e intentaron llegar por sus hijos a los planteles educativos. En ese entonces, Veracruz vivía una de las etapas más violentas que se recuerdan en la historia reciente por constantes ataques del crimen organizado.

La ciudad se volvió un caos; el tráfico estaba colapsado ya que todos los padres de familia intentaban llegar a las escuelas por sus hijos. A pesar de que los profesores buscaban avisar a los padres de familia que todo estaba bien. La situación se descontroló.

Bravo Pagola y Gilberto Martínez Vera, otra de las personas que realizó este tipo de publicaciones, fueron acusada de terrorismo y sabotaje durante el gobierno de Javier Duarte de Ochoa. El entonces gobernador publicó en su cuenta de Twitter que podrían enfrentar hasta 30 años de cárcel.

Ambos fueron detenidos y liberados después de 25 días de estar internos en una cárcel.

Consecuencias del exceso uso redes sociales

El uso continuo de redes sociales puede generar también afectaciones psicológicas.

De acuerdo con Psania, Centro de psicología fundado desde 2007, las redes sociales pueden tener un impacto significativo a nivel psicológico, influyendo en cómo las personas se ven a sí mismas, interactúan con otros y perciben el mundo.  

Por ejemplo; pueden provocar baja autoestima ante la comparación constante con otros en las redes sociales, ansiedad y depresión, sensación de soledad, adicción a estar conectados y compartiendo cosas permanentemente.

Las imágenes idealizadas que se publican en las redes pueden provocar trastornos en la imagen corporal, incluso problemas en la atención y concentración.