Veracruz, Ver.— Ángel Cárdenas, originario de Córdoba, Veracruz, ha vivido casi la mitad de su vida en Estados Unidos. Hoy, él vive con el miedo de ser deportado en cualquier momento y perder lo que consiguió como trabajador de la construcción en un país que no es el suyo.

El cordobés llegó en febrero de 2006 como migrante en busca del “sueño americano”. Tras 19 años y con la llegada de Donald Trump a la presidencia del país estadounidense, los operativos antimigrantes se agudizaron durante los últimos días en ciudades importantes.

Cárdenas vive en Carolina del Norte, a más de dos mil 400 kilómetros de distancia de Los Ángeles, California. Esta ciudad registró el pasado fin de semana una manifestación de migrantes que terminó en un enfrentamiento con elementos de la Guardia Nacional estadounidense.

La movilización se realizó en rechazo a las políticas antimigrantes que implementó el gobierno de Donald Trump. Ángel se enteró de los hechos por las noticias y en las redes sociales. Este incidente provocó temor en el cordobés, pues a pesar de vivir al otro lado del país, no descarta que las medidas lleguen a Carolina del Norte. 

“Por ejemplo, aquí donde vivo, aquí cerquita, está como a cuatro horas, se llama Tennessee. Hicieron muchas redadas hace 15 días o 20 días. Aquí donde estoy yo la verdad está más tranquilo, pero claro, hay redadas”, detalló.

Muchas personas no salen

De acuerdo con Ángel, los paisanos tienen miedo a ser deportados. Detalló que conoce casos de personas de nacionalidad mexicana o de otras partes del mundo que prefieren no salir ni al supermercado, tienen tanto miedo que no salen ni por comida.

“Muchas personas no salen de sus casas. En Tennessee hay personas que pedían apoyo a personas que tuvieran licencia y tuvieran sus papeles a que fueran a un centro de apoyo, tomaran despensas y las entregarán casa por casa porque las personas no querían salir”.

Aunque Cárdenas también siente temor por las medidas antimigrantes, sabe que no tiene otra opción más que salir a trabajar para tener ingresos. “Tenemos que salir a trabajar, no podemos estar todos encerrados. De verdad nos encomendamos a Dios todos los días que salimos a echarle ganas”.

“Hay veces que uno se resigna y dice ‘pues si me toca’, pues no me van a mandar a otro país, me van a mandar a México, pero ahora sí que es como una encrucijada, porque aquí tenemos nuestra vida, tenemos nuestro trabajo”, dijo.

Ángel Cárdenas llegó a los Estados Unidos cuando apenas tenía 20 años. Cruzó la frontera con la ayuda de un “coyote” y llegó a Jacksonville, Florida. En la ciudad se reencontró con familiares que tenían algunos años viviendo en la unión americana. 

Desde su llegada, el joven de Córdoba comenzó a trabajar en el ramo de la construcción. Luego de casi dos décadas en los Estados Unidos como indocumentado, Cárdenas vive con la expectativa de lo que podría suceder en cualquier momento.

“Todo el mundo tiene miedo, de verdad. Todos, y no es miedo de que digas ‘Ay’ como ‘temor’, sino miedo a después de tantos años. Imagínate, yo llevo 19 años, llegué a los 20, tengo 39, bastante tiempo, es una vida donde pasamos muchas cosas”, declaró.

El cordobés reconoce que hay mexicanos que llegan a los Estados Unidos para delinquir, sin embargo, son pocos. De acuerdo con él, la mayoría se dedica a trabajar y a pagar impuestos como cualquier otro ciudadano.

“Por una parte, tienen razón porque nosotros somos los que llegamos a invadir, se podría decir, pero nosotros trabajamos. No le hacemos daño a nadie, al contrario, le hacemos muy bien al país porque pagamos impuestos”, aclaró.

Encomendado a Dios, Ángel Cárdenas continuará con su vida bajo la esperanza de regresar algún día a su natal Córdoba, Veracruz, para reencontrarse con la familia y los viejos amigos.

“Aquí estamos trabajando y esperando algún día poder regresar a México, visitar la familia, recorrer los lugares que recorrimos cuando éramos niños y adolescentes. Primeramente Dios se nos dará”, señaló.