Coxquihui, Ver.- ¡Corran!, fueron las últimas palabras de Anuar Valencia, “El Napo” quien aún con cinco impactos de bala en el cuerpo intentó evitar que sus simpatizantes fueran alcanzados por los disparos de los sicarios que arribaron a su arranque de campaña para asesinarlo.

Los testimonios de quienes lo acompañaban ese 29 de abril en el campo de futbol en la comunidad de El Arenal, del municipio de Coxquihui, abundan y coinciden en que fueron al menos ocho hombres armados los que llegaron al lugar. Abrieron fuego directamente contra Anuar, sin embargo, con el ánimo de sembrar terror dispararon en contra de las personas que aún quedaban después del evento de arranque de campaña.

Seis personas heridas fue el saldo reportado por la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz pero la realidad es otra, hay al menos dos hombres no contabilizados por las autoridades cuyos cuerpos fueron rozados por las metrallas.

Este 30 de abril, el mismo campo que vio su inicio de campaña y su muerte ve a la gente que lo despide. Decenas de taxistas, personas humildes y familiares llegan para rezar, beber y darle el último adiós.

Las flores que traen, a modo de ofrenda póstuma, son en su mayoría arrancadas de los jardines de cada casa del Arenal; aquí no hay florerías finas ni dinero para mandar a comprar fuera del pueblo.

El temor se percibe, deja un sabor en la boca que intenta desaparecer entre tragos de cerveza y Coca-Cola, pero que no se va del todo. Hay miedo a que los responsables del homicidio aparezcan de nuevo en el velorio, hay miedo de que el día de las elecciones la violencia se apodere de Coxquihui.

Hay miedo de que nadie quiera ocupar la candidatura que dejó vacante ese hombre que empezó vendiendo pollos y terminó su vida como líder de transportistas y productor de cítricos.

Hay miedo, pero también hay quienes tienen esperanza en un futuro mejor para el pueblo, sin saber la forma o el modo, pero mejor.También hay desconcierto, los presentes se sorprenden ante el señalamiento de la Fiscalía General del Estado sobre la presunta vinculación de Anuar con dos homicidios ocurridos en la zona días antes.

Hay sorpresa y silencio. De frente solo dicen que las autoridades son las que sabrán la verdad al final de todo. La gobernadora Rocío Nahle García dijo que no había ninguna denuncia al respecto.

Mientras, el polvo, impregnado de sangre en piso de tierra, se mete por las narices, reseca las mucosas, recuerda el sabor a muerte.