Veracruz, Ver.- Nueve meses después de haber sufrido un grave accidente a bordo de un autobús urbano Saeta, Henry de Jesús Polito Cobos falleció a los 18 años, informó su familia. 

El 17 de junio de 2024, Henry viajaba en un autobús de la ruta intermunicipal, que circulaba sobre el bulevar Miguel Alemán, cuando la unidad volcó. Desde entonces, él y su familia enfrentaron no solo las secuelas del accidente, sino también una serie de irregularidades por parte de la aseguradora y las autoridades.

A pesar de que Henry sufrió lesiones de gravedad, la aseguradora Banorte se negó a cubrir los gastos médicos.

Una lucha contra las secuelas y la negligencia

Tras el accidente, Henry fue sometido a una cirugía por fractura de pelvis y sufrió hemorragias internas en el bazo, hígado, vejiga y riñones. Sin embargo, su salud no mejoró con el tiempo.

Con los meses, desarrolló graves complicaciones: su vejiga se reventó, su uretra se desprendió y tuvo un sangrado en el corazón. En diciembre de 2024, sufrió un infarto cerebral.

Además del dolor físico, Henry padeció problemas emocionales, pues veía cómo las autoridades de Veracruz ignoraban su caso y su familia luchaba sin éxito para que la fiscalía del estado obligara a la aseguradora a hacerse responsable de los costos médicos.

Su familia no podía solventar todos los gastos de medicamentos y tratamientos, por lo que en febrero de 2025, con el apoyo de la fundación Mechones de Esperanza, iniciaron una colecta para reunir recursos y continuar con su atención médica.

Desde el inicio, la familia de Henry denunció que la aseguradora nunca se acercó a ellos para acordar un apoyo real.

Un abogado, Francisco Rojas, quien dijo representar al dueño de la línea Saeta Verde, les ofreció una "ayuda humanitaria" de apenas mil pesos. Cuatro días después, apareció con 50 mil pesos, pero la familia rechazó la cantidad, exigiendo que se hicieran responsables de todo el tratamiento de Henry y no solo ofrecieran un pago único.

Henry, un joven con sueños que la tragedia interrumpió

A pesar de las secuelas del accidente, Henry decidió continuar con sus estudios. Inscrito en el sistema abierto de preparatoria, tomaba clases desde casa con el apoyo de un profesor que lo visitaba cada miércoles.

Sin embargo, sus complicaciones de salud le impidieron seguir adelante como él lo deseaba.

Amante del básquetbol, Henry tuvo que abandonar el deporte, pero encontró una nueva pasión mientras permanecía en cama: el arte del tatuaje, en el que comenzó a formarse antes de su fallecimiento.

Su muerte deja un vacío en su familia y pone en evidencia la falta de responsabilidad de las aseguradoras y concesionarias del transporte público, así como la negligencia de las autoridades para garantizar justicia a las víctimas de accidentes viales en Veracruz.