Coatzacoalcos, Ver.- Pescadores del sur de Veracruz se han mostrado preocupados por la constante presencia de un residuo aceitoso con fuerte olor a hidrocarburo en el río Coatzacoalcos.

Detallaron que este fenómeno ha afectado gravemente la actividad pesquera en la región, con muchas especies contaminadas y, por ende, no aptas para el consumo. La situación ha sido tan crítica que, según los pescadores, hace más de un mes que no logran vender su producto.

“Llevamos nuestro producto y no nos lo quieren comprar, con justa razón, porque estamos conscientes de que es un pescado contaminado. La gente nos lo compra hoy y al otro día nos lo traen guisado, pidiendo que les regresemos hasta lo que pagaron, porque es un pescado que no sirve para comer. Nos dicen que sabe a petróleo, que sabe a Pemex”, señaló Angélica Ramírez, una pescadora con más de 50 años de experiencia.

Aseguran que, aunque desconocen el tipo de producto que está contaminando el río, ya han documentado tres derrames en lo que va del año, específicamente a la altura del paso de lanchas de Villa Allende. Además, afirman haber visto especies muertas en varias ocasiones.

“La contaminación río abajo ya nos está afectando todos los días, ya no se detiene. Como dice la compañera, agarramos una especie y está contaminada”, dijo Ángel, representante de la cooperativa Mata de Caña.

La manifestación

La mañana de este martes 4 de febrero, pescadores de la cooperativa Mata de Caña clausuraron simbólicamente las oficinas en Coatzacoalcos de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa).

Los manifestantes comenzaron su protesta dirigiéndose a las oficinas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), donde entregaron un oficio a los representantes locales.

Después, marcharon por la avenida hasta llegar al palacio municipal, donde se escucharon consignas en contra de la actual titular de Semarnat, Alicia Bárcenas, a quien acusaron de no tomar medidas para resolver los problemas ambientales en Coatzacoalcos.

Finalmente, al llegar a la Profepa, los inconformes colocaron una cartulina que decía: “Profepa Clausurada - Elefante Blanco”.