Veracruz, Ver.- Las playas del estado de Veracruz se encuentran aptas para su uso recreacional, según el monitoreo realizado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

La Cofepris llevó a cabo este monitoreo para el periodo vacacional de diciembre, revisando un total de 14 playas en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, 9 en Tuxpan, 7 en Costa Esmeralda y 6 en Los Tuxtlas.

Todas las playas están limpias, es decir, presentan una menor cantidad de enterococos que el límite permitido en la región, lo que garantiza su uso recreacional para los bañistas.

Una playa no es apta cuando supera los 200 NMP de enterococos por cada 100 mililitros de agua. Sin embargo, todas las playas monitoreadas registraron niveles inferiores a este parámetro.

“La calidad del agua de mar para uso recreativo con contacto primario es un factor primordial para garantizar la protección de la salud de los usuarios. Diversos estudios indican que las enfermedades de mucosas, piel y digestivas presentadas por bañistas están relacionadas con los niveles de contaminación fecal”, destacó la Cofepris.

La playa con mayor cantidad de enterococos es La Bamba, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, con 106 enterococos por cada 100 mililitros de agua. A pesar de esto, sigue siendo considerada apta para recreación.

Le sigue Pelícano 1, en la misma zona conurbada, con 72 enterococos, y Navarro, en Martínez de la Torre, con 62 enterococos.

Las cantidades más bajas de enterococos se registraron en la zona de Los Tuxtlas, con apenas 10 a 11 enterococos por cada 100 mililitros de agua, y en la zona de Tuxpan, con niveles entre 10 y 14.

En el monitoreo anterior, la Cofepris había señalado que Veracruz contaba con algunas de las playas más contaminadas del país.

Sin embargo, ante la presión ejercida por Boca del Río, uno de los municipios con mayor número de playas contaminadas en esa ocasión, se realizó un nuevo monitoreo. Las autoridades municipales argumentaron que los primeros resultados se obtuvieron durante un período en el que las aguas estaban revueltas debido a las intensas lluvias en la región.

Cuando se efectuó este segundo monitoreo, los niveles de enterococos habían bajado, y todas las playas fueron catalogadas como limpias y aptas para la recreación.