Xalapa, Ver.- Francisco Durán no estaba al tanto de que el 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha establecida para promover el desarrollo, la inclusión, los derechos y el bienestar de este sector de la población. Para él, ese martes transcurrió como cualquier otro, buscando sustento en las calles del centro histórico de Veracruz.

El propósito del 3 de diciembre es crear conciencia sobre las condiciones de vulnerabilidad que enfrentan las personas con discapacidad en distintos aspectos de la vida.

Hace 20 años, Francisco, residente de la colonia Vicente Lombardo Toledano, sufrió un ataque de epilepsia mientras cruzaba las vías del tren en la avenida Yáñez, en Veracruz. Perdió el equilibrio y cayó. Cuando recuperó la conciencia, intentó levantarse y moverse al percatarse de la proximidad de una locomotora.

El tren alcanzó su pierna derecha, lo que provocó su amputación.

“Andaba vendiendo periódicos, pero me dieron ataques epilépticos, y me agarró el tren. Traté ahí en Yáñez de brincar uno de los rieles, lo brinqué, pero venía una máquina y me cortó el pie”, relató.

Tras la amputación y ante los cambios en el mercado laboral, Francisco dejó de vender periódicos y comenzó a pedir apoyo económico en el centro histórico, actividad que realiza desde hace 15 años.

“Me vine para acá a pedir una moneda. Así he subsistido. Ya no vendo periódico, porque ya no se venden. Eso hizo que no tuviera trabajo y me vine a pedir dinero”, explicó.

Actualmente, Francisco, de 51 años, utiliza muletas y se le encuentra cerca de la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en Veracruz.

Está inscrito en el programa de Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente del Gobierno Federal, a través del cual recibe 3,100 pesos bimestrales. Usa estos recursos para adquirir medicamentos necesarios para tratar la epilepsia.

Según cifras oficiales, en México residen 6.2 millones de personas con discapacidad.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que este grupo tiene un acceso limitado al empleo, ya que solo cuatro de cada 10 forman parte de la población económicamente activa. Además, quienes logran incorporarse al mercado laboral perciben un ingreso mensual 13% menor al promedio de los trabajadores.