Veracruz, Ver.- Poleth Pérez Zepahua tenía 11 años cuando fue víctima de femicidio en Orizaba. Un hombre, conocido de la familia, habría abusado de ella para luego matarla y arrojar su cuerpo en un terreno baldío. Su caso, su rostro y su historia se suman a las otras 62 niñas que murieron víctimas de violencia de género en la última década en Veracruz. 

Estas cifras colocan a Veracruz es el segundo estado a nivel nacional con más casos de feminicidios en niñas, de acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM). 

Así como Poleth, Natalia, de 4 años, murió en Córdoba el pasado mes de agosto, presuntamente, a manos de su padrastro, mientras que una adolescente de 15 años, también de nombre Natalia, asesinada y su cuerpo emplayado en Coscomatepec. Los tres casos ocurrieron en la zona de las Altas Montañas de Veracruz. 

En total en México han ocurrido 794 feminicidios de infancias y adolescencias entre 2015 y agosto del 2024, de los cuales 114 fueron con arma de fuego, 121 con arma blanca y 509 con un objeto desconocido.

Los feminicidios de mujeres de 0 a 17 años representaban el 9.8% del total de los feminicidios registrados en el país en la última década. El Estado de México encabeza la lista con 132 casos, seguido de la entidad veracruzana con 63; en tercer lugar se encuentra Jalisco con 60.

De acuerdo con Redim, los feminicidios infantiles en el país aumentaron en el último año, cifras detalladas en el reporte “Feminicidio de niñas y adolescentes en México”. 

“Mientras que de enero a julio de 2023 se reportaba un feminicidio de mujeres de 0 a 17 años cada 5 días en el país, para los mismos meses de 2024, se registró un feminicidio de niñas y mujeres adolescentes en México cada cuatro días”, se detalló en el texto.

El feminicidio de Poleth

Poleth Poleth Pérez Zepahua desapareció el 8 de septiembre en Orizaba. A decir de su abuela y sus vecinos, era una niña muy tranquila y risueña. Su búsqueda comenzó y culminó 4 días después, al medio día del 12 de septiembre.

En un terreno baldío de la colonia Dante Delgado, muy cerca de donde desapareció, fue localizado su cadáver. Tenía huellas de golpes y de agresión sexual.

“Mi niña fue muy alegre, le gustaba mucho jugar, era una niña inocente, no sabemos cómo es que pasó ese hombre y se la haya llevado”, expresó su abuela, Julia Zepahua García.

La persona que la asesinó, presuntamente, fue un hombre, conocido de su madre y amigo de la familia. Se le identificó como César E.H., pero hasta el momento se desconoce su paradero.

“A mí la niñita me decía padrino a toda la flota, ‘adiós tío’, era muy amiguera, pero el vato como es drogadicto, el hijo de su p*** madre, la ha de haber agarrado drogado, me entiendes”, reprocha.

En el caso de Poleth, los informes se limitaron a informar que su muerte fue violenta, pero los vecinos no vieron heridas.

El informe de Redim señala que el Estado Mexicano y los gobiernos de los estados deben tomar acciones para evitar esta problemática que afecta a las menores. 

“Romper con el ciclo de la pobreza y la violencia es trabajar en contra de la estructura y el sistema patriarcal que ha permitido crear estereotipos y que continúa justificando la violencia estructural que se ejerce en contra de las niñas y las adolescentes. Es necesario informar, no solo a la población, sino también a las personas funcionarias públicas, capacitándolas e incluyendo el enfoque de género en su quehacer diario, ya que el Estado es el responsable de garantizar y proteger los derechos de niñas y adolescentes”, señala el documento de la organización.

Poleth precisamente vivía en una familia de escasos recursos, en donde su madre tenía problemas de adicciones y ella pasaba la mayor parte del tiempo con su abuela.

“La verdad mi hija se tiró a las drogas la hemos encontrado tirada en la calle a mi hija, yo le quité a la niña y los del DIF lo saben bien, yo le quité a otro hijo de ella que tiene 13 años y yo se lo quité desde recién nacidito, porque ella se embarazó de 12 años y tuvo al niño de 13 años de edad ella”, expresó.

Los vecinos señalaron que buscaron a las autoridades en varias ocasiones para exigirles que comenzaran la localización de la menor lo más pronto posible, sin embargo, no recibieron el apoyo en el momento que lo solicitaron y la búsqueda comenzó un día después.

Incluso las autoridades de Orizaba revictimizaron a la familia, pues el alcalde Juan Manuel Diez Franco hizo un llamado en general a todos los padres de familia a cuidar a sus hijos. 

Mientras que el presidente del DIF de ese municipio señalaba que también la sociedad tenía parte de responsabilidad por no denunciar en tiempo y forma casos como este en donde había descuido en el cuidado de la pequeña de 11 años.

Niña de 4 y adolescente de 15, también víctimas de feminicidio

En una zona rural de Córdoba, conocida como San Isidro Palotal, Natalia, una niña de 4 años, murió asesinada por su padrastro el pasado 20 de agosto. 

Por temor a ser agredida, la mamá de la pequeña no intervino en la golpiza y se limitó a observar sin denunciar los hechos.

La pareja llevó a la niña a la Cruz Roja, donde dijo que se había caído en el baño. El personal de salud confirmó que la menor había muerto por los golpes.

El pasado 14 de julio, una adolescente con el mismo nombre, Natalia, fue localizada sin vida en la carretera Fortín-Conejos, a la altura de Coscomatepec. Tenía evidentes huellas de violencia, y fue envuelta en plástico, además, tenía un impacto de bala en la cabeza.

La joven pasó algunos días desaparecida, sus familiares no precisaron el tiempo, pero tras su localización aún no ha habido detenidos. 

¿Cómo se identifica un feminicidio? 

En total, se han registrado a nivel nacional 2 mil 509 asesinatos de niñas y mujeres adolescentes de enero de 2015 a agosto de 2024, de estos, mil 493 han tenido lugar durante la administración federal que acaba de concluir, de diciembre de 2018 a agosto de 2024, correspondiendo 553 a feminicidios y 940 a homicidios dolosos.

El Código Penal Federal define el feminicidio como una grave violación a los derechos humanos que ocurre cuando una mujer es privada de la vida por razones de género. Según el artículo 325, estas razones se manifiestan cuando se presentan circunstancias como violencia sexual, lesiones o mutilaciones degradantes, antecedentes de violencia familiar, laboral o escolar, o si hubo una relación sentimental o de confianza entre el agresor y la víctima. También se consideran amenazas, acoso, incomunicación previa a la muerte, o si el cuerpo de la víctima es expuesto en público.