Coatzacoalcos, Ver.- Cinco años se cumplieron este martes 27 de agosto desde la masacre en “El Caballo Blanco”, bar del municipio de Coatzacoalcos donde murieron más de 30 personas en un ataque incendiario. El dolor de los familiares de las víctimas sigue vivo y claman justicia. 

Al luto lo acompaña la precariedad económica que impide a muchos honrar a las víctimas como desearían. La madre de una de las bailarinas que murió en el ataque confesó que, a pesar de sus intenciones de organizar un rezo en memoria de su hija, no tiene dinero para hacerlo.

"Mandé a hacer una cruz para poner ahí en la banqueta de El Caballo Blanco, pero no tuve para pagarla. No, la verdad no tengo ni un peso, pero ni para un rezo", expresó la mujer. 

Los familiares de otras víctimas también enfrentan el duelo con limitados recursos, pues se hacen cargo de al menos 90 menores de edad que quedaron huérfanos tras la masacre en el bar de Coatzacoalcos.

Obstáculos para obtener justicia

Los familiares de las víctimas se enfrentan a un nuevo obstáculo en su búsqueda de justicia. En días recientes, denunciaron que deberán continuar el proceso judicial en otro estado debido a que el juez de control de Coatzacoalcos se declaró incompetente para llevar el caso por la situación de uno de los detenidos. 

En la última audiencia de seguimiento, los familiares acudieron con la esperanza de obtener avances en el caso, pero se encontraron con que el juez local decidió no proceder por su falta de competencia, ya que uno de los presuntos implicados se encuentra cumpliendo una sentencia en un penal federal. 

Este detenido, vinculado al atentado está recluido en el penal del Altiplano, en el Estado de México. Debido a esta circunstancia, el juez de Coatzacoalcos optó por remitir el expediente a un juzgado de Toluca, en el Estado de México, donde se encuentra la jurisdicción del penal federal.
Este cambio representa una carga adicional para los familiares de las víctimas, quienes ahora deberán seguir el proceso a cientos de kilómetros de distancia, lo que implica mayores costos y dificultades para asistir a las audiencias.

Fiscalía entregó cuerpos sin órganos

Conforme pasa el tiempo, surgen datos sobre este multihomicidio que cimbró al municipio de Coatzacoalcos; entre ellos la denuncia de los deudos por el mal manejo de los cuerpos. 
En el año revelaron que les entregaron los cuerpos de sus familiares sin órganos, queja que interpusieron ante Derechos Humanos. 

“Sin cerebro, sin nada, nos los dieron vacíos, tirados en la tierra estaban, queremos que el gobernador nos apoye en esa denuncia para que caiga quien caiga, sea quien sea, debe hacerse responsable por eso”, expresó en ese tiempo América, madre de una de las víctimas. 

Detenidos por la masacre

El caso fue atraído por la Fiscalía General de la República (FGR) y mantiene abierta la investigación, incluso el bar continúa en custodia día y noche por elementos de seguridad y se mantiene tal cual como quedó aquella noche que fue consumido por el fuego.

La línea de investigación que dieron a conocer las autoridades indica que este multihomicidio estuvo relacionado con el delito de extorsión y hasta el momento se habla de cinco detenidos, entre ellos Edgar "N", alias "El Negro", presunto autor intelectual, y Luis Adán "N", alias "Don Gato", vinculado a proceso por su presunta responsabilidad en los delitos de homicidio culposo y homicidio en grado de tentativa y señalado  como uno de los responsables de la masacre.

Al inicio de las investigaciones, autoridades federales revelaron que entre los responsables había un menor de edad; cinco años después solo informaron la identidad de dos de los cinco detenidos que aseguran hay. Tampoco proporcionaron mayores avances sobre la investigación y de vez en cuando se observa a investigadores federales realizando peritajes en el inmueble. 

El día de la masacre

La noche del 27 de agosto de 2019 quedó marcada como una de las más violentas en la historia de Coatzacoalcos. Aquella jornada, el bar "El Caballo Blanco" se convirtió en el escenario de un ataque que dejó 31 víctimas mortales y varios lesionados, un acto de violencia que aún resuena en la memoria colectiva de la ciudad. 

Según las investigaciones de las autoridades, cinco sujetos fueron los que orquestaron aquel atentado que terminó en tragedia. El plan fue ejecutado con precisión y brutalidad: uno de ellos se posicionó en la entrada del establecimiento e inmovilizó al "cadenero" asegurando el acceso. 
Mientras tanto, los otros cuatro ingresaron al bar y, sin mediar palabra, abrieron fuego contra los asistentes. Enseguida, los agresores rociaron gasolina dentro del bar y le prendieron fuego, bloquearon la puerta del inmueble ubicado sobre la avenida Román Marín y atraparon a las víctimas.