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Niño orizabeño pide justicia por feminicidio de su mamá Blanca

  • Iraís García
El hijo mayor, de 9 años de edad, exige que los responsables del feminicidio de su madre estén tras las rejas

Orizaba, Ver.- Blanca Estela Carrera Rosas, de 26 años, aprovechaba cada momento libre que su trabajo en el Bar Bora Bora le dejaba para estar con sus dos hijos menores de edad. Jugaba con ellos, reían y se abrazaban.

Para la joven, la familia era lo más importante y sabía que dependía de ella darles a los pequeños, de cuatro y nueve años, la mejor vida posible. Por ello, se preocupaba por trabajar y ahorrar en la medida que sus ingresos se lo permitían.

Su hijo mayor, un niño de nueve años, pide justicia mientras observa el ataúd en donde descansa el cuerpo de su mamá.

“Quiero pedir justicia por lo de mi mamá, quiero que los responsables estén en la cárcel (...) mi mamá era una persona buena”, dice.

Belén recuerda haber conocido a Blanca Estela cuando tenían seis años, acababan de entrar a la misma escuela primaria. Desde entonces, se hicieron amigas. A pesar del paso de los años, siguieron frecuentándose pese a que Blanca Estela se mudó de su natal Orizaba a Tlaxcala.

La amiga de Blanca asegura que no había día que no hablara con la joven. Siempre tenían alguna palabra, algo que contarse.

Belén, los hermanos, tíos y demás familiares y amigos de la joven de 26 años se reunieron en una funeraria ubicada en Orizaba para darle el último adiós luego de que sus restos fueran trasladados desde Tlaxcala, donde desapareció y después fue encontrada muerta.

Todos ellos recuerdan a Blanca Etela como alguien alegre, que siempre sonreía y ayudaba a quien podía. Su hermana, María Guadalupe, responsabiliza a la procuraduría de Tlaxcala, en parte por no haber encontrado a Blanca Estela a tiempo y con vida. 

“Quiero que destituyan a la que se hizo pasar por fiscal ahí en la procuraduría diciéndome que me tenía que esperar 72 horas ¿por qué 72 horas? Se hubieran podido haber movido desde el primer día. tal vez la hubiéramos encontrado en otro aspecto”, dijo.

María Guadalupe y sus hermanos acudieron desde el pasado 7 de junio a las instalaciones de la fiscalía de Tlaxcala. Habían pasado apenas unas horas desde la desaparición de su hermana, justo fuera del bar en donde trabajaba en San Pablo del Monte.

Fue hasta el 30 de julio cuando la Fiscalía confirmó que los restos encontrados unos días antes en una barranca del municipio de Tenancingo, en Tlaxcala, eran los de Blanca.

Tlaxcala es considerado uno de los estados en donde hay más casos trata de personas y Tenancingo es conocido por ser un bastión de la explotación sexual, donde, desde hace más de una década, se sabe que la economía está basada en las redes de trata de personas.