Moloacán, Ver.- Un ataque armado contra trabajadores de una compañía privada que laboran en los trabajos de exploración de un campo petrolero en Moloacán dejó un saldo de tres obreros desaparecidos, cinco unidades baleadas y motocicletas dañadas.

El ataque, que habría sido ordenado por un líder sindical, se registró en un terreno ubicado en el camino Cuichapa-Las Conchas, donde se llevan a cabo los trabajos de exploración del pozo Baramil, a donde llegaron hombres armados que descendieron de tres camionetas.

Los hombres armados balearon las unidades de los trabajadores y luego los golpearon con palos y tablas. Los obreros intentaron defenderse de la agresión, pero fueron sometidos por los hombres que portaban armas largas

“Nos empezaron a dar de tiros, mi carro lo despedazaron, las motos y las camionetas las poncharon con las armas y todo, para que se tome en cuenta eso”, relató un obrero.

Los delincuentes huyeron a bordo de las tres camionetas en las que llegaron al lugar presuntamente llevándose a tres obreros, quienes fueron identificados como Vicente Grajeda, Pastor y Nicolás Almeida. Los trabajadores continúan desaparecidos.

Elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional rodearon la zona para tratar de localizar a los presuntos delincuentes. Hasta el momento, nada se sabe de los atacantes ni de los obreros que desaparecieron.
De acuerdo con Juan Antonio Bautista López, dirigente de la CATEM y representantes de los obreros atacados, Víctor Guerrero, autodenominado dirigente sindical, es el responsable del ataque armado en contra de los trabajadores.

señaló a Víctor Guerrero, quien se autodenomina dirigente sindical, como responsable de enviar a lo sujetos armados, por motivos de conflictos laborales.

“El señor Víctor Guerrero mando su gente, pero él dice que es de paz, pero mando gente armada, tirotearon a nuestra gente y hay gente desaparecida, lo responsabilizo a él de lo que le pase a mi gente, porque esta persona no es un defensor de la clase obrera, es un delincuente”, dijo.

El ataque se habría desatado debido a conflictos laborales por contratos con compañías petroleras que trabajaban en el sur de Veracruz. Los afectados ya pusieron una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz.