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Obispo de Orizaba envía mensaje a feligreses tras asalto en Puebla

  • Analuz Medina
Fue victima del asalto masivo que se efectuó en la carretera Puebla-Orizaba

Orizaba, Ver. - Como una situación “dolorosa y triste”m calificó el obispo de la Diócesis de Orizaba, Monseñor Eduardo Cervantes Merino, la inseguridad que prevalece, luego de ser víctima de la delincuencia junto con otros dos sacerdotes al ser alcanzados por un asalto masivo en las Cumbres de Maltrata.

A pesar de todo, envió un mensaje de perdón a sus asaltantes.

En un video difundido en redes sociales, el obispo del pueblo mágico de las Altas Montañas aludió a la medida promovida por el ejecutivo federal para evitar actos de violencia al expresar que: “es muy complicado dar abrazos cuando te tienen con los brazos levantados en un acto de violencia. No puedes bajar los brazos en ese momento para el abrazo”. 

El prelado agradeció a los fieles por las muestras de apoyo, pero también de preocupación tras conocer la noticia desagradable en la que se vieron afectados los religiosos, al ser sometidos por sujetos armados para despojarlos de sus pertenencias.

Los hechos ocurrieron cuando habían pasado la caseta de Esperanza con rumbo a la ciudad de Orizaba, un hecho que consideró que no fue un simple “incidente” dado el alcance que tuvo.

“En el lenguaje ya casi ordinario, (dicen que fue) un incidente más, pero yo creo que no fue un incidente, yo creo que, ya son situaciones dolorosas y tristes que padece de modo casi ordinario, nuestra comunidad y ahora me tocó a mí, estar ahí. Me encuentro bien, gracias a Dios, igualmente los dos sacerdotes, el Padre Gil y el Padre Jafet”, expresó. 

Monseñor narró que esa tarde-noche del miércoles 3 de abril, había niebla bajando después de Esperanza hacia la parte de las cumbres, lo que les obligó a disminuir la velocidad del vehículo en que viajaban al alentarse el tráfico. 

Fue ahí que encontraron en el carril de acotamiento a una familia de reversa que pedía los dejaran pasar y al mismo tiempo, una persona alertando sobre un falso retén.

“‘Con la familia, venía una persona diciéndonos: ´Cuidado, cuidado, un falso retén. Están asaltando. Después ya, se deja venir un grupo de personas armadas y ya no nos dieron opción. Algunos pudieron correr y así, con palabras agresivas, solicitándonos nuestras pertenencias. En concreto, pedían los celulares y la cartera, y al momento de darlo, también que si el reloj, que si el anillo pastoral que todos los obispos traemos, la insignia episcopal”, relató.

 

Aunque fue una situación difícil la que atravesaron, el obispo refirió que no han interpuesto ninguna denuncia formal “ni nada, porque somos parte del pueblo. El obispo y los sacerdotes somos parte de la comunidad. Nosotros vivimos junto con todo el rebaño de esta Diócesis, situaciones dolorosas de la comunidad”.

Cervantes Merino admitió que durante el asalto, sintió la impotencia, pero aseveró que confiaba en Dios sabiendo que Él es el Pastor y nos cuida "una manera violenta y agresiva el modus operandi de estos muchachos, de provocarnos el miedo y la impotencia y el miedo de que en una de esas, de nervios dispare porque está apuntándote con una mano en el gatillo”.

El prelado de la Diócesis de Orizaba, expresó que hay una falta de organización seria por parte de las autoridades, por lo que se escucha y lo que les tocó vivir y enfatizó que necesitan estrategias más adecuadas para garantizar la seguridad de las personas en ambos estados de Veracruz y Puebla tal como se comprometieron los diferentes líderes de gobierno. Además, aprovechó para enviar su mensaje de perdón, a sus agresores

A pregunta expresa desi los jóvenes que cometieron este atraco con ustedes, lo escucharan ¿qué les diría?, Monseñor respondió: “Primero que nada que, sientan que, de mi parte tienen el perdón, no hay rencor. Que no me parece que haya sido el camino que merecen ellos, ni el trato que merece la gente que transita la carretera. Que canalicen sus energías y su modo de entender la vida, desarrollando dones, cualidades, capacidades que Dios ha puesto en ellos”. 

Abundó: “Hay muchos caminos para aprender como personas y para desarrollarse que, desde luego, en nuestras parroquias pueden demandar un espacio para que se les escuche y sacar inquietudes. Desde luego, les animo a que recapaciten en su vida, les invito a la conversión y también de mi parte, en lo que podamos escucharlos, dialogar que, entiendan que, a través del Señor Jesús, nos ofrece un camino de perdón, de reconciliación y de reconstrucción de nuestra vida”.