Veracruz, Ver.- El inmueble donde el expresidente Benito Juárez García vivió y escribió parte de las Leyes de Reforma en el puerto de Veracruz, podría ser rescatado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Este inmueble que abarca cerca de media cuadra, se ubica en la avenida Ignacio I. Madero y Zamora. 

La casona es de dos pisos y está pintada de color amarillo, las ventanas son de madera y tiene balcones con herrería.

En el sitio hay una placa de mármol sobre uno de sus muros, en donde se lee: “Primera casa que rentó el C. Benito Juárez. al arribar a Veracruz el 4 de mayo de 1853”.

El edificio tiene propietario; de hecho en mayo de 2017 podían verse algunos letreros de “venta”, sin embargo, no se sabe si el inmueble se vendió o el dueño sigue siendo el mismo.

El expresidente Benito Juárez estableció Veracruz como la sede del gobierno federal. 

Las Leyes de Reforma 

El pasado 2 de febrero, el Presidente de la República aseguró durante “la mañanera” que “se nos hace muy extraño que no haya un recinto dedicado a las Leyes de Reforma que fueron importantes para Veracruz”, señaló.

Añadió que están buscando adquirir el inmueble, sin embargo, hasta la fecha no ha habido noticias sobre si se ha logrado contactar al propietario.

López Obrador consideró que este sitio tiene un atractivo histórico que no debería de ser pasado por alto, debido a que aquí vivió Juárez, además de que ahí se dictaron y escribieron las Leyes de Reforma.

Fue en 2023, cuando el Presidente habló por primera vez de su intención de que este inmueble fuera rescatado y entonces dijo que historiadores y empresarios consideran que sería una buena idea para apoyar el atractivo histórico del primer cuadro de la ciudad.

HISTORIA

Las Leyes de Reforma pretendían separar las atribuciones políticas del Estado de las de la Iglesia, delimitando los espacios de alcance de cada uno, manteniendo relaciones cordiales, más no de influencia directa de uno sobre otro.

Sin embargo, la nacionalización de los bienes del clero fue uno de los golpes más frustrantes para la Iglesia en este periodo, pues los clérigos gozaban de ganancias externas por el manejo de bienes raíces y demás negocios ajenos a la actividad religiosa. También se declaró la promulgación de la libertad de culto, con la cual se deslegitimó a la Iglesia Católica como la única y verdadera creencia religiosa en México.