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Huyendo de Migración, familias venezolanas llegan al sur de Veracruz
Texistepec, Ver.— Seis familias venezolanas evadieron un operativo del Instituto Nacional de Migración (INM), Guardia Nacional (GN) y Marina (SEMAR) y se resguardaron en el municipio de Texistepec, en el sur de Veracruz, la noche del pasado martes 7 de noviembre.
Los migrantes dijeron viajar a bordo de La Bestia en Coatzacoalcos con dirección a Tierra Blanca, cuando fueron interceptados por autoridades federales a la altura de Texistepec, sin embargo, huyeron para evitar tratos inhumanos.
Dieron a conocer que hace días, tras ser retenidos por migración, fueron traslados a diversos estados con la promesa de recibir ayuda. Sin embargo, los mantuvieron en albergues, con hambre y siendo víctimas presuntamente de robo.
“Nos metieron en calabozos, nos separaron de las mujeres. Son calabozos, la única diferencia es que no tenían candado. Estuvimos en Tampico, en Yucatán, dormimos en el piso.
Nos dieron una cobija térmica y nos quitaron todo, los artículos personales, celulares y a mi cuñada se le perdieron 10 mil pesos mexicanos”, expuso uno de los migrantes.
Los migrantes llegaron a la plaza central Zaragoza, en Texistepec, donde recibieron ayuda de Protección Civil y la Policía Municipal. Al lugar también llegó Protección Civil de Oluta para apoyar y Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración (INM) para tomar conocimiento de lo ocurrido.
“El Grupo Beta y Protección Civil Oluta arriban para apoyo, PC Texistepec brinda apoyo prehospitalario. No es necesario trasladar a ninguno, solo atender algunas situaciones de grado menor”, detallaron en el reporte.
De acuerdo con Protección Civil municipal, se trata de siete hombres, siete mujeres y 10 niños, a los que se les brindó atención prehospitalaria por las heridas que presentaban y por enfermedades gastrointestinales, además tenían hambre y sed.
Estas familias buscan llegar a la Ciudad de México para tramitar un documento que les permita el libre tránsito por el país, y así poder llegar a Estados Unidos para brindarles una mejor vida a sus hijos.
Están conscientes del peligro al que se enfrentan caminando entre el monte, o viajando en lo más alto del tren, pero dicen que prefieren arriesgarse a seguir viviendo en medio de la crisis económica, escasez de alimento, inseguridad y el gobierno opresor de Venezuela.