Veracruz, Ver.— Greenpeace presentó los resultados de la investigación sobre el estado actual y las amenazas a los ecosistemas de Arrecifes de Coral Mesofóticos (ACM) de la costa norte y central del estado de Veracruz.

La ONG realizó una serie de estudios con especialistas de la Universidad Veracruzana (UV), a bordo del barco de Greenpeace, Arctic sunrise durante su estancia en el puerto de Veracruz.

El estudio señala que se identificó una gran riqueza en estos ecosistemas de Arrecifes de Coral Mesofóticos, arrecifes que se encuentran en zonas de profundidades intermedias, de 30 a 150 metros.

“Se identificó una riqueza de 96 especies (43 en la zona centro y 80 en la zona norte), 17 especies identificadas hasta género, dos identificadas hasta grupo, por lo que se pueden considerar 115 especies potenciales”, expresa el estudio.

Sin embargo, consideran que esta riqueza está subestimada, debido a que estos ecosistemas son de difícil acceso.

En su recorrido alrededor de 366 sitios se identificaron estructuras de alta complejidad estructural de distintos tamaños, algunos de ellos se extendían fuera de la imagen y otros podrían ser parte de una estructura de arrecifes continua. 

Justamente en el polígono de exclusión a la navegación norte se puede apreciar una mayor concentración de estructuras. Este se refiere a lo que quedó fuera de la zona protegida con la reforma que se hizo para la ampliación del puerto.

Además, los especialistas visitaron el barco hundido conocido localmente como Carcachas, que se convirtió en un arrecife artificial. 

Ahí observaron una gran cantidad y diversidad de peces de diferentes tallas, siendo un ecosistema arrecifal que no presenta formaciones arrecifales importantes cercanas y resulta muy importante para la actividad comercial debido a las especies que ahí habitan como pargos y meros.

También detectaron al menos 10 ejemplares de pez león (Pterois antennata), una especie considerada como plaga, por el daño que genera al arrecife. 

Greenpeace indicó que debido a la degradación ambiental, se plantea, a nivel mundial, la hipótesis de que las formaciones arrecifales como las que estudiaron en Veracruz, que se encuentran a mayor profundidad, podrían actuar como un reservorio genético que permitirían la posible recuperación de los ecosistemas arrecifales.