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Una Década de Vestigios, la memoria urbana de Alfredo Romero en México

  • Evelyn Castro
La exposición se encuentra expuesta en La Galería, en el puerto de Veracruz; son 20 cuadros de pequeño formato

Veracruz, Ver.- El artista plástico Alfredo Romero, conocido internacionalmente por su trabajo en la conservación de la memoria e identidad de los barrios del sureste de México presentó la exposición Una Década de Vestigios, el pasado 5 de julio en las instalaciones de La Galería, en el puerto de Veracruz.

Una Década de Vestigios es una exposición que surgió como retrospectiva del proyecto arqueológico que Romero realizó en los últimos 10 años: Vestigios de Nuestro Tiempo, con la finalidad de preservar la cultura de las calles de México.

Hablar de vestigios es hacer referencia a los pedazos, restos o huellas de algo, ya sea físico o simbólico y son usados por los historiadores para desenterrar el pasado, tal como se enseña a los niños en los libros de historia. 

Los vestigios que vistieron los muros de La Galería fueron 20 cuadros de pequeño formato con medidas que oscilaron entre los 50 y 80 centímetros de altura; junto a los cuadros se leyeron títulos como “El imposible código secreto del tiempo”, “The time of love”, “Sky black”, “Carnaval”, entre otros, que, en conjunto con la obra, evocaron un viaje a la memoria urbana de los espectadores. 

Con una charla entre amigos, Alfredo compartió detalles del proceso de investigación que realizó para sus proyectos, revivió las anécdotas de sus viajes y contestó las inquietudes de los asistentes.

En Una Década de Vestigios, Alfredo externó que con su proyecto arqueológico intentó contribuir a la recuperación de la memoria e identidad de los barrios a través de su arte. 

Las obras del artista español suelen ser de gran formato llegando a medir entre cinco y cuatro metros de altura; el trabajo de Romero en la última década se desarrolló principalmente en estados del sureste de México como Veracruz, Yucatán, Oaxaca, Campeche, Tabasco, Chiapas; y en algunas partes de Puebla, Tampico y Sinaloa. 

UN ESPAÑOL, MUY MEXICANO

Alfredo Romero es un artista plástico originario de Barcelona, España, pero vive en México desde hace 15 años; actualmente radica en Mérida, Yucatán, sin embargo, se encuentra en un viaje constante por el sureste del país en búsqueda de letreros, rótulos o todo aquel vestigio que cuente una historia de las calles de México. 

Trabajó desde pequeño en el negocio familiar de su padre, la construcción; se relacionó con la arquitectura y descubrió su parte creativa a través del juego con la materia y la creación de objetos con los restos de materiales que llegaban. 

Tras dejar los estudios y realizar el servicio militar recuperó el gusto por estudiar una carrera enfocada en lo que le apasionaba: las bellas artes. 

Romero se especializó en arquitectura de interiores, en donde se formó en diversas disciplinas como diseño gráfico, historia del arte, escaparatismo y mercadotecnia en diferentes escuelas en Barcelona. 

Al inicio de su carrera, Alfredo realizó diseños arquitectónicos para la marca Hermes; ya en México se desempeñó como subdirector del Instituto de Cultura en Veracruz. Debido a su amplia trayectoria en México y su interés por la preservación de la cultura, sus amigos lo califican como un español muy mexicano. 

PROCESO CREATIVO

La intervención de un vestigio y su transformación a obra de arte implica el cumplimiento de varias etapas, tales como investigación, solicitud de permisos, extracción, restauración e intervención de la obra.

En la etapa de investigación se localizan los vestigios en las fachadas que normalmente van a desaparecer o transformarse a causa de la globalización, expresa Alfredo. Suelen ser misceláneas antiguas o tiendas de abarrotes desplazados por las grandes empresas como Oxxo, Walmart. 

La etapa de solicitud de permisos resulta complicada ya que, en ocasiones, una vez obtenidos al regresar al sitio descubren que la pintura no existe o fue intervenida; de igual forma hay ocasiones en las que no obtienen la aprobación de los propietarios debido al arraigo que existe. 

En el proceso de intervención se trabajan de cuatro a cinco obras de forma simultánea y para la extracción se utiliza la técnica conocida como arranque: lo que se ve en la exposición son trozos de pared que existían en fachadas, lo que hacemos es arrancarlo, intervenirlo y componerlo como una pieza artística, les llamo obras de arqueología contemporánea, expresó Alfredo. 

INTERCAMBIO SOCIAL Y EVOLUCIÓN DE LA OBRA

La recuperación de vestigios implicó hacer un intercambio social con los dueños de las fachadas, a través del cual Alfredo y su equipo pintaron la fachada o brindaron una compensación monetaria como símbolo de agradecimiento al permitir la realización del arranque, mismo que en ocasiones no se llevó a cabo con éxito ya que no es una ciencia exacta.  

Vestigios de Nuestros Tiempos fue el primer proyecto y se centró en la recuperación de antiguos logotipos como: Coca-Cola, Pepsi, Mirinda y Manzanita Sol; posteriormente, con Desandar el Tiempo se trabajó sobre las memorias urbanas interviniendo los muros de las calles, aquellos donde muchos rotulistas anunciaron bailes o conciertos. 

Desandar el Tiempo fue un proyecto en donde se encontraron mensajes y rótulos que resultaron ser superposiciones de muchos; historias que se acabaron descarapelando y dejando entrever sus capas. 

VIDA Y MUERTE: LAS MEMORIAS DE LOS BARRIOS

Al llegar a México, Alfredo mostró interés por las fachadas ya que las relacionó con la experiencia que vive el individuo al fotografiarse en puertas antiguas o paredes en las que alguien puso un mensaje, comentó el artista. 

“Tiene que ver con la vida y la muerte, que es un futuro de ilusión que no existe, pero si tiene que ver con la inmediatez en la que suceden las cosas y la forma en la que no nos detenemos a ver las cosas que se pierden”; menciona Alfredo. 

La ultima vez estaba una señora que completó la frase “Corona Extra” cuando en el cuadro solo se alcanza a ver la palabra completa Corona. Alfredo menciona que es interesante la capacidad de reconstrucción de la gente. 

VIVIMOS EN EL FIN DEL ARTE

Alfredo Romero envió un mensaje a los jóvenes que se interesan por dedicarse al arte. Lo primero que deben hacer, dice, es estudiar, entender que vivimos en el fin del arte, por lo que se debe aprender a posicionarse en ese mundo.

“Cada proyecto que hagan los artistas tienen que ser transgresor sino no es arte, el arte sino trasciende se queda encajonado”, indica.

Dijo que los jóvenes deben investigar qué hacer si se quieren dedicar al arte y no tener miedo a equivocarse, a experimentar o enfrentarse a la incomodidad de sentirse inferior o que no ganen dinero, “tienen que seguir haciéndolo, es un trabajo complicado porque es difícil vivir del arte”.

PRÓXIMOS PROYECTOS

Actualmente, Alfredo cuenta con invitaciones a Colombia, Brasil, Venezuela y Cuba para participar en nuevos proyectos relacionados con su arte; además de estar participando con el documental Desandar el Tiempo, dirigido por César Andrade en festivales en Italia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, España y Polonia. 

Desandar el Tiempo es un documental que muestra el resultado del viaje por las memorias de las calles del sureste de México, anunció el artista español.