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Patricia, una mamá que practica la balconería al rojo vivo en Xalapa

  • Francisco de Luna
Pareciera que es un trabajo sólo para hombres, pero Paty se desarrolla con toda la actitud en la labor desde hace cuatro años

Xalapa, Ver.- Patricia León Pérez es una mujer que se desempeña en el oficio de la balconería,  es mamá de un niño de 10 años y cada 10 de mayo, Día de las Madres, celebra con el amor que tiene a su hijo, pero también dentro del taller donde labora desde muy temprano y hasta el anochecer.

Desde hace cuatro años, tomó el negocio familiar. Lo hizo para rescatarlo, pues es el patrimonio y sustento del hogar. “No podía dejar que se perdiera”, dice dentro de su taller ubicado en la colonia El Olmo, en la ciudad de Xalapa.

Paty creció prácticamente en el taller aprendiendo la balconería de su padre. Veía las maniobras de la herrería, el arte de darle forma a los fierros, de ofertar y fijar los precios, incluso, de tener la habilidad de cargar el material.

UN OFICIO PARA HOMBRES

“Mi padre siempre se ha dedicado a la balconería, entonces yo lo veía y me gustaba por los trabajos que hacía, muchas artesanías y figuras muy laboriosas, pero al inicio no me quería enseñar, me decía que era un trabajo muy pesado”, relata.

Su papá le sugería que sólo hiciera la limpieza en el taller y pintara la herrería, las artesanías de metal, pero nada donde tuviera que utilizar la fuerza, pues el oficio es desempeñado mayormente por hombres.

La mamá de Patricia administraba el negocio, pero tuvo complicaciones de salud al igual que su padre. Entonces la balconería se descuidó un poco, pero era urgente hacer la entrega de un pedido de tapas para el registro del agua.

“Empecé practicando con unos trabajos que él estaba haciendo, ya se tenían que entregar y afortunadamente sí lo terminé, eran las tapas de un registro; las hice, unas salieron un poco mal, pero insistí y salieron bien y por eso entregamos a tiempo el trabajo”, narra.

Así fue su inicio en la balconería en 2019. Desde entonces, lleva cuatro años realizándola, pero tiene toda una vida de experiencia. Creció en la balconería y siente orgullo por ser de las pocas mujeres o quizá la única en Xalapa que la desempeña.

UNA MUJER CON MUCHA FORTALEZA

“Pareciera que es fácil, sin embargo, hay que tener mucha fortaleza”, explica Paty a e-consulta Veracruz mientras trabaja en su taller, en la colonia El Olmo, en sur de la ciudad de Xalapa.

“Es pesado, sí es pesado, aquí se maneja la maña de cómo agarrar un material para poderlo cargar y a veces es pesado y dicen ‘eso es para que lo cargue un hombre’, pero dándose las mañas como mujer sí lo haces, sí logras levantar una pieza que pareciera que no lo puede hacer una mujer”, comenta.

Patricia tiene 40 años. Su hijo, de 10 años, entra al taller cargando una mochila. Sediento, toma enseguida un vaso de agua y se despide inmediatamente de su mamá para ir hacia su casa. La mujer sigue trabajando.

Cuando Paty se hizo cargo de la balconería, el negocio estaba casi en la quiebra y sus padres ya habían tomado la decisión de cerrarlo de manera definitiva, pero al tenerle cariño al taller y al oficio, decidió responsabilizarse.

 

“Ya iban a cerrarlo, pero es el esfuerzo de muchos años. Ya sabía yo hacer las cosas y le dije a mi mamá que lo iba a retomar y me dijo que no iba a poder porque es un trabajo para hombres, no vas a poder con todo y vas a tener que cerrar”, recuerda.

CIERRE, ARTE Y CORONAVIRUS

Prometió cuidar el establecimiento, cumplir los tiempos de entrega, los horarios, con la finalidad de rescatar el patrimonio familiar, pero no sólo enfrentó la quiebra, pues a los pocos meses llegó la pandemia del coronavirus, otro golpe a la economía del taller. Parecía que todo estaba en su contra.

Llegaron las preocupaciones de si realmente resistirían al cierre temporal por la llamada “sana distancia”. Sabía de la necesidad de sostener económicamente su hogar, a su hijo y mantener el negocio. Entonces optó por el arte, es decir, hacer mariposas, colibrís yrostros de fierro que funcionan como maceteros y para colgar plantas, toallas, ropa u otros objetos.

De acuerdo con Paty, la herrería es arte, “Cuando era niña quería hacer arte” y ahora lo plasma en fierros en forma de percheros, ventanas, mesas, techos, obras que vendió durante la temporada de la pandemia y que le ayudaron a generar recursos económicos.

“Lo que me gusta de este trabajo es que puedes manejar el metal y convertir el fierro a una figura”, expresa. Todo el material que utiliza es acero. En el local, lleno de fierros, hay una mesa, guantes, la escalera, una cortadora y una careta para soldar.

 

AL ROJO VIVO

Las labores no son tan sencillas, pues ya sufrió accidentes. “Me he cortado, me he golpeado, me he quemado, me he flameado los ojos, el cabello, incluso la ropa, son accidentes que pasan”. El fierro siempre está al “rojo vivo”.

Como parte del trabajo también hay equivocaciones, desde fierros mal cortados, que no alcance o se pase de las medidas, pero también hay solución, sobre todo, si faltan centímetros en los trazos, que se pueden soldar o se recupera parte del material.

Lo más complicado de la herrería son las figuras del diseño que el cliente solicita, ya que hacerlos lleva semanas. Lo difícil también son algunos clientes. “Hay muchos a todo dar”, pero también llegan personas groseras, “unos nos dicen que por qué tanto tiempo, que sólo hacemos un cortesito y que voy a poner un fierro y ya”, cuenta y ríe por cada una de las experiencias vividas en la balconería.

Este 10 de mayo festejará con trabajo, al lado de su hijo, su familia “tal y como lo harán muchas mujeres” soldadoras, carpinteras, llanteras, torneras y albañiles, ya que sabe que, en Xalapa, varias desempeñan estos oficios.

Patricia León muestra los cortes de acero, se coloca una careta y un casco que refleja el intenso brillo de las chispas que salen del contacto del cautín con el fierro y la destreza de sus manos por el amor que le tiene a la balconería.