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¡No son los BTS! ¿Sabías que hay una comunidad coreana en Coatza?
Coatzacoalcos, Ver.- En el municipio de Coatzacoalcos existe una comunidad coreana. Son descendientes de un grupo de mil 33 coreanos que salieron de su país con destino a México en 1905, para trabajar en las haciendas del henequén en Yucatán.
Trescientos cincuenta mexicanos con ascendencia coreana que habitan en Coatzacoalcos conmemoraron este 4 mayo el aniversario 118 de la migración coreana al país y el primer aniversario del Día Corea, estipulado por el ayuntamiento en Coatzacoalcos en 2022.
De acuerdo con la presidenta de la Asociación Civil México - Corea Coatzacoalcos, María Luisa de la Cruz, fue por necesidad que sus ancestros abandonaron su país y llegaron a México durante el Porfiriato. Después de trabajar en Mérida, se dispersaron y su familia llegó a Coatzacoalcos.
“En ese tiempo, en 1905, todavía era una sola Corea, no se habían separado, estaba siendo invadida por Japón, entonces había mucha pobreza, había mucha escasez, no había trabajo y Porfirio Díaz, que en ese tiempo era presidente de México mandó a contratar mano de obra de China. Los chinos no quisieron venir, mandó a contratar a Japón, los japoneses no se quisieron venir, fueron a Corea y como Corea tenía esa situación, ellos sí quisieron venirse y embarcaron a mil 33 coreanos en un barco, pero tres murieron en el camino”, explicó.
Los coreanos que llegaron a México en 1905 sólo tenían contrato para trabajar durante seis meses, sin embargo, siguieron laborando por necesidad. Con la Revolución Mexicana, decidieron huir en 1910 y se dispersaron. Algunos se quedaron en Yucatán, otros se fueron a Campeche, Quintana Roo, Mérida, Progreso, Coatzacoalcos, Salina Cruz, Ciudad de México, Cuba y hasta Los Ángeles.
BARRIO COREANO
Sobre la avenida Francisco I. Madero, en la zona cercana al río y el mar en Coatzacoalcos, en el sur de Veracruz, las familias coreanas instalaron sus chozas. La mayoría se dedicó a la pesca y así fue como salieron adelante.
La comunidad relata que los bisabuelos sabían todas las artes de la pesca: desde cómo tejer las redes, curarlas para que no se pudrieran y hasta avistar los cardúmenes de peces. Así, aportaron conocimientos e inventos a México desde su llegada a Yucatán.
“Desde que llegaron mis ancestros a Mérida, comenzaron a aportar; en ese tiempo, para cultivar el henequén, tenía muchas espinas y había muy poca producción porque se lastimaban las manos.
Ellos inventaron unos guantes de yute. Con esos guantes la producción se triplicó, la comida asiática- coreana también la trajeron y sobre todo aquí, en Coatzacoalcos, la pesca”, comentó María Luisa de la Cruz Noo.
Según la comunidad, todos los descendientes de coreanos que viven en Coatzacoalcos son familia, ya sea en tercer, cuarto o quinto grado. Hay familias como Kim, Ku, Noo, Lee y Moon.
LES PONEN APODOS, PERO TAMBIÉN SON ATRACTIVOS
Julián Arturo Ku, tercera generación de los coreanos que llegaron a México hace más de cien años, narró cómo es rasgos diferentes en este país. Le ponen apodos por sus ojos rasgados, pero también es atractivo para las mujeres mexicanas.
Al haber cinco generaciones de coreanos en México, habló sobre la importancia de que los más jóvenes den conocer, principalmente a sus parejas, cuál es su descendencia. Según el hombre, en algunos se perderán los ojos rasgados, pero en otros resurgirán y podría haber problemas.
“Cuando estaba chavo, lo primero que me decían que si era chino y decía ‘no somos iguales’, pero para todos somos chinos. Aparte de los apodos, nunca he tenido un mal trato por ser de origen oriental, al contrario, llegó un momento que era la sensación por los ojos.
Le digo a mis hijas que les comuniquen a sus hijas que se tienen que preservar esto, porque en un tiempo no muy lejano no nacen de ojos rasgados dos, tres generaciones y a la tercera aparezca una generación rasgada; si no llevaron la secuencia de decirle de dónde vienen, habrá problemas”, comentó.
La comunidad coreana de Coatzacoalcos se muestra orgullosa de ser mexicana, pero también busca preservar sus raíces y a sus ancestros que buscaron mejores oportunidades para sus familias cuando Corea era invadida por Japón.