Veracruz, Veracruz.- La extinción del Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano (SAS), que dejó sin trabajo a aproximadamente mil trabajadores agremiados al Sindicato Teniente José Azueta en los municipios de Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo, cumplirá siete años el próximo 16 de julio. Durante ese tiempo, 30 empleados fallecieron esperando una indemnización o reinstalación.

"Sí, han fallecido alrededor de 30 compañeros y precisamente por ellos, por su memoria, vamos a seguir en la lucha y vamos a dar solución y vamos a darles resultados a sus familias", dijo la exlideresa sindical Angélica Navarrete.

Los trabajadores del extinto SAS, que suministraba los servicios de agua potable y saneamiento a habitantes de la zona conurbadad Veracruz-Boca del Río-Medellín de Bravo antes del ingreso del Grupo MAS, marcharon pacíficamente por la carretera Veracruz-El Tejar, para exigir justicia por los despidos injustificados que sufrieron en 2016.

Al grito de “¡Justicia! ¡Justicia!”, Angélica Navarrete marchó acompañada de los extrabajadores del SAS, cuyas instalaciones aún se mantienen en resguardo en la avenida Cristóbal Colón, en el fraccionamiento Reforma, en el puerto de Veracruz.

El contingente avanzó por la carretera estatal Veracruz-El Tejar hasta llegar al palacio municipal de Medellín de Bravo, donde los trabajadores organizaron un mitin. Angélica Navarrete manifestó que los extrabajadores que fallecidos no serán olvidados y que la lucha por la justicia laboral continuará, ahora, a favor de sus familias. 

"Fallecieron por accidentes, por irse a trabajar a otros lados que no había necesidad si no nos hubieran despedido. Falleció el papá, la mamá, el hijo, la mamá se quedó solita. Falleció quien no tenía para pagar el médico, tuvieron ahora sí que luchar con lo que se puede, pero no es lo mismo tener un trabajo, tener seguridad social que no tenerla", comentó. 

EL CIERRE DEL SAS

A mediados de julio de 2016, el Órgano de Gobierno aprobó por unanimidad la extinción del SAS para el inicio de operaciones del Grupo MAS en Veracruz y Medellín de Bravo. Boca del Río se desincorporó para crear su propia empresa.

La decisión fue tomada por los alcaldes de Veracruz, el priista Ramón Poo Gil; de Boca del Río, el panista Miguel Ángel Yunes Márquez; y de Medellín de Bravo, el priista Luis Gerardo Pérez Pérez.

A partir de entonces, comenzó la lucha de los empleados agremiados al sindicado del extinto SAS. El próximo 16 de julio se cumplirán siete años desde que fueron despedidos, recordó Angélica Navarrete. 

"Los que tienen en la conciencia todas estas muertes son ellos, los que nos dejaron sin empleo y no pensar que toda esta gente no nos iba a dejar hasta que se nos cumplieran todos nuestros derechos. Si no nos querían más, porque querían vender la empresa, pues nos hubieran liquidado, pero hasta eso, se robaron nuestro fondo de ahorro", concluyó.