Veracruz, Ver.- Cristian Cruz se casaría el próximo 14 de febrero, Día del Amor y de la Amistad. Tenía todo listo para unirse en matrimonio con su pareja, sin embargo, ella y su hija Katherine murieron atrapadas dentro de su vivienda del fraccionamiento El Campanario, en la zona norte del puerto de Veracruz, en medio de un incendio.

La consternación invade a los vecinos de la calle Capital. El incendio registrado la noche del pasado viernes tres de febrero provocó la muerte de Cristian y su hija Katherine, de 10 años. Ambas sobrevivían recogiendo cartón, latas de aluminio y plástico reciclable.

Cristian, de aproximadamente 40 años, tenía todo listo para casarse el 14 de febrero en el Registro Civil de Veracruz. Estaba emocionada, pues así se lo compartió a sus vecinas. La fiesta que había planeado para celebrar su matrimonio, el Día del Amor y la Amistad, ya no se celebrará.

La mujer había ahorrado para el festejo planeado. Según sus vecinos, convivía poco con ellos, apenas, entablaba conversación con los habitantes de El Campanario. No se metía con nadie, no causaba problemas y simplemente se dedicaba a pepenar para mantener a sus hijos.

Era mamá de dos niños: Katherine, de aproximadamente 10 años, estudiante del quinto grado en la Escuela Primaria Alejandro Sánchez, quien también murió en el incendio; y de un varón de 14 años, quien vivía con su padre, de quien Cristian se había separado tiempo antes. 

LA NOCHE TRÁGICA

La tarde-noche del viernes 3 de febrero, Cristian preparaba frijoles. Los puso a hervir a la leña mientras esperaba la llegada de su madre, quien en ese momento viajaba en autobús desde la Ciudad de México hacia el puerto de Veracruz para estar presente en la boda de su hija. 

Los vecinos creen que Cristian y Katherine se quedaron dormidas mientras hervía la olla de frijoles. Suponen que a causa de los vientos que provocó el frente frío número 28, una brasa salió volando e incendió el cartón que había en la entrada. 

El reloj marcaba las 18:30 horas y estaba a punto de anochecer, cuando en cuestión de minutos se generó una inmensa nube de humo, las llamas consumieron el cartón y el plástico y, de a poco, se extendieron sobre la madera y las láminas de la humilde vivienda. 

NADIE ESCUCHÓ GRITOS

Nadie escuchó gritos ni lamentos. A causa del norte y del frío, los vecinos se encontraban resguardados en sus casas hasta que el olor a quemado y la columna de humo negro los alertó. 

"Todos los vecinos corrimos a ayudar, pero ya estaba todo muy prendido", dice Adriana, habitante de la zona y quién conocía a las víctimas. 

Los vecinos de los alrededores sacaron cubetas y aventaron el agua hacia la vivienda, otros lanzaron chorros con las mangueras. Fue una labor en conjunto, todos apoyaron, pero nada se pudo hacer para salvar la vida de madre e hija. 

"LOS BOMBEROS TARDARON EN LLEGAR"

Fueron los vecinos quienes lograron controlar el fuego. Los Bomberos municipales tardaron bastante tiempo en llegar y cuando arribaron comenzaron a realizar labores para sofocar el incendio en su totalidad. 

"Gracias a Dios, lo apagamos entre todos los vecinos, pero tardaron un chingo los bomberos en llegar", narra Cori Celis, quien vive frente a la casa incendiada.

Cuando los Bomberos comenzaron a remover los escombros, hallaron los cuerpos de Cristian Cruz y su hija Katherine. La madre y abuela de las víctimas llegó a la casa cuando el fuego fue sofocado y ahí se enteró de la tragedia.